El observatorio para el desarrollo social y económico de Euskal Herria, Gaindegia, ha presentado un dibujo de los retos socio económicos a los que se enfrenta Euskal Herria, y lo ha hecho con el trazo de trece personas de gran experiencia en el ámbito político, económico y social. Bajo la fórmula de la entrevista, los trece recogen en el libro «Euskal Herria: retos económicos y sociales» su visión de hacia dónde debe dirigirse la sociedad vasca.

Jon Azua, ex consejero y presidente de E-novatinglab, Mixel Berhokohirigoin, presidente de Euskal Herriko Ganbara y miembro de ELB; Ainhoa Etxaide, secretaria general de LAB; Pedro Luis Uriarte, ex presidente de Innobasque; Paul Nicholson miembro de EHNE, Michel Etchebest, alcalde de Maule; Angeles Iztueta, matemática; Eduardo Zubiaurre, presidente de Adegi; Nekane Jurado, economista, Koldo Saratxaga, creador de K2K emocionando, Adolfo Muñoz, secretario general de ELA, Juan Carlos Longas profesor de Economía en al UPNA y Antxon Lafont, empresario, construyen este paisaje de opiniones desde los más diversos puntos de vista. El objetivo de Gaindegia para elaborar esta obra es, por un lado, responder a «qué deberíamos cambiar como pueblo ante los grandes cambios de la última década en tecnologías, relaciones económicas, modelos de formación, financiación, empresariale educativos», es decir cuáles son los retos económicos y sociales en los próximos años y ofrecer elementos para la reflexión.

Para ello, ha elegido a personas referentes, de gran experiencia en ámbitos político, institucional o empresarial, y que además han desempeñado responsabilidades que han conllevado la toma de decisiones.

«Al lector le deja una percepción bastante amplia de los problemas y oportunidades que tiene Euskal Herria. Ayuda a identificar los problemas de fondo y los objetivos», señala Imanol Esnaola, secretario de Gaindeia, que subraya que se pueden sacar algunas lecciones y superar algunos discursos típicos de instituciones o sindicatos cuando otorgan especial relevancia a determinados temas según su agenda.

Pese a la variedad de trayectorias profesionales e ideologías, pueden encontrarse elementos comunes. Así, todos ellos destacan que Euskal Herria tiene el tamaño ideal para su desarrollo económico y social y cuenta con características de superficie y población, culturales, históricas o incluso de situación geográfica que le otorgan muy buenas oportunidades para tener un modelo social potente como pueblo.

Un segundo elemento en el que, de una u otra forma. se muestran de acuerdo, es que ante los importantes retos que se abren, es necesaria cada vez mayor capacidad de autogobierno. Otro es que Euskal Herria es «una sociedad de activistas», por el alto compromiso con la sociedad, bien sea en el campo social o empresarial, ya que da mucha dedicación a los proyectos, y eso lo subrayan como un tesoro. También se destaca la necesidad de entidades financieras locales, sobre todo Etchebest respecto a la economía de Ipar Euskal Herria, sostiene que la economía de este territorio necesita un banco de Ipar Euskal Herria que active a sus habitantes y sostenga su desarrollo.

Defiende que Ipar Euskal Herria necesita un modelo de desarrollo propio, con gente propia y una financación propia, rechaza la ayuda de Hego Euskal Herria en favor de la cooperación. Esnaola subraya que, aunque parezca una utopía en Zuberoa, su modelo es industrial y «cambia el discurso del paternalismo para ir más allá, a la cooperación, que es lo que hemos trabajado en Gaindegia estos años».

Por otro lado, pueden encontrarse modelos totalmente divergentes en cuanto a la ordenación territorial, no solo urbanística, sino también jurídica, económica, o sobre dónde y cómo ubicar las entidades académicas. Entre las carencias, también se menciona la falta de cohesión de cooperación entre instituciones, entre territorios, y sobre todo entre Hego e Ipar Euskal Herria, que se está convirtiendo en un desierto en el que la gente no encuentra trabajo.

Junto a estos temas, se repasan la inversión social, la competitividad, la energía, la protección social, la necesidad de una sociedad sana, las infraestructuras, la formación para competir en una nueva sociedad o la innovación.

«Una plancha de puntos de vista bonita y sobre todo renovadora», define Esnaola esta obra, porque se habla de Euskal Herria acerca de temas concretos, no de desideratums o de la situación política, sino de realidades económicas. Se habla desde la realidad, el conocimiento y la ilusión»

Realismo y confianza

El paisaje que se dibuja no derrocha optimismo. Esnaola cree que «no es un libro amable, pero que, sin un optimismo exagerado, sí se muestra un gran realismo, y en cualquier caso, hay confianza en Euskal Herria, su sociedad, sus estructuras sociales y económicas y en que, suceda lo que suceda, hay materia prima muy buena en este pueblo para pervivir».

Esnaola propone una lectura transversal del libro, para hilvanar las respuestas de entrevistados tan diversos. «Por ejemplo, ¿cómo unir el envejecimiento de la población del que habla Ángeles Iztueta, con lo que dice Pedro Luis Uriarte sobre innovación, o lo que dice Nekane Jurado sobre la salud social y el reparto de la riqueza?.

«La población está envejeciendo pero una oportunidad pueden ser la inversión en tecnologías de la salud y además de dar un servicio a la sociedad puede ir dando cuerpo a un sector económico. La renovación tecnológica puede dar respuesta a esas necesidades, a la vez que las soluciones no son sólo para los mayores, sino para la mujeres, o los que ayudan en situaciones de dependencia,... Así, se pueden encadenar estas respuestas con cierta coherencia, aunque estén hechas desde modelos sociales diferentes» explica Esnaola. Por ello aprecia unas claves interesantes leyendo el libro con inteligencia, a través de estos juegos.