El derbi de esta noche con dos equipos que comenzaban la jornada a dos puntos de la UEFA poco tiene que ver con el último de Anoeta del 28 de enero del 2007. Cambian sus protagonistas, la trayectoria de los equipos y, en el caso realista, ser fiel a su filosofía. De los 22 jugadores que comenzaron el partido, sólo cinco siguen en los dos equipos vascos y Zubieta y Lezama han sido claves para superar el difícil momento que entonces atravesaban Real, sobre todo, y Athletic.

En aquel derbi el entrenador realista, Miguel Ángel Lotina, presentó un once formado por Bravo; Aitor, Mikel González, Víctor López, Garrido; Juanito, Elustondo; Xabi Prieto, Jesuli, Savio; Skoubo. Cinco canteranos y uno de ellos, Gorka Elustondo, acababa de llegar al primer equipo sin estar preparado entonces. Mikel González y Bravo son los únicos que siguen en la Real.

El Athletic alineó a Aranzubia; Expósito, Amorebieta, Sarriegi, Javi González; Iraola, Murillo, Garmendia, Yeste; Aduriz y Urzaiz. Un once con nueve jugadores formados en la cantera de Lezama, todos menos Sarriegi y Urzaiz. De todos ellos, sólo Amorebieta e Iraola siguen en el Athletic en una demostración de que las dos canteras han permitido una renovación positiva de sus equipos.

El Athletic se impuso por 0-2, con dos goles de Andoni Iraola, en un partido al que los dos equipos llegaron en un momento difícil tras cambiar a los dos entrenadores que comenzaron la temporada, Sarriugarte y Bakero, por Mané y Lotina. El derbi era el primer partido de la segunda vuelta y dejó a la Real a ocho puntos de la permanencia y casi significó el acta de defunción de las opciones reales de permanencia, por mucho que hasta la última jornada se mantuvo la opción matemática de evitar el descenso.

El Athletic afrontaba el partido y buena parte de los últimos sin el portero titular -Lafuente-, ni los dos centrales llamados a serlo con Mané -Luis Prieto y Ustaritz-, sin sus cuatro medios centros -Gurpegi, Orbaiz, Tiko y Javi Martínez- y a última hora Casas se sumó a la lista de bajas y motivó que Javi González pasara de no tener ficha a ser titular en 24 horas. Pero en un momento crítico, y pese a todas las bajas, la identidad de un equipo y la perdida de la brújula del otro permitió a uno superarlo y a otro quedar en la peor situación de su historia.

Quince extranjeros en el año del descenso

La temporada del descenso la Real alineó quince extranjeros: Bravo, Gerardo, Cifu, Víctor López, Juanito, Rivas, Jesuli, Novo, Rossato, Fabio Felicio, Savio, Kovacevic, Stevanovic, Skoubo y Herrera. De ellos, sólo Juanito y Savio estaban al año siguiente en Primera a pesar de que a todos se les abrió la puerta ese verano para dejar el equipo.

Por fortuna, la Real ha hecho de la necesidad una virtud y en su grave crisis no ha tenido más remedio que recurrir a la cantera que siempre le ha dado sus mejores éxitos. Eso le ha permitido recuperar su identidad y, con ella, su competitividad y su presencia en Primera. Así, la Real es el club que más jugadores formados en su cantera tiene en su plantilla, dieciséis que han llegado al primer equipo desde el filial y todos menos Ansotegi han jugado en los equipos formativos de la Real, al menos, desde juveniles.

El Athletic le sigue en esa clasificación con catorce y por detrás vienen Villarreal (11), Barcelona (10), Espanyol (9) y Sevilla (9). Los seis están entre los diez primeros y demuestran que tener una identidad y un estilo de juego propio trabajado desde la cantera ayuda a competir en un fútbol que se empeña en apostar por otro modelo desarraigado e insostenible. De los seis, son los dos conjuntos vascos los que más jugadores formados en su cantera alinean cada jornada.

Así en la última salieron ocho en sus onces iniciales. Lasarte alineó a Carlos Martínez, Ansotegi, Mikel González, Elustondo, Xabi Prieto, Zurutuza, Griezmann y Llorente y Caparrós a Iraola, San José, Amorebieta, Aurtenetxe, Gurpegi, Susaeta, Iker Muniain y Llorente e incluso los rojiblancos reclaman la condición de canterano de Iraizoz por su paso por el Baskonia. Y los dos ganaron en Gijón y a Osasuna porque las apuestas por la cantera y por la identidad no están reñidas con los resultados y la competitividad. Todo lo contrario. Van unidas al éxito.