Caos áereo
El caos deja 600.000 afectados y un «estado de alerta» inédito
A media tarde de ayer, un día entero después de detectarse los primeros problemas, los aviones empezaban a partir de los aeropuertos del Estado español, incluido Loiu. El plante de los controladores ha dejado en tierra a más de 600.000 personas aproximadamente, lo que lo convierte en una protesta sin precedentes, que ha desencadenado además la declaración del «estado de alerta» por el Gobierno español por vez primera desde que se aprobó la Constitución.
GARA | IRUÑEA
Nunca en la historia del Estado español se había registrado un caos aéreo de tal calibre por una protesta laboral. Y nunca, ni por esto ni por otros motivos, se había aplicado el mecanismo de «estado de alerta» previsto en 1978 en la Constitución. Catorce horas después de que se decretara que la autoridad militar se hiciera cargo del asunto, y bajo fuertes amenazas de sanciones penales, los controladores aé- reos volvían a trabajar en masa. A media tarde los primeros aviones surcaban el aire de nuevo, pero harán falta unas 48 horas para que se normalice la situación. Y todo será tarde ya para los más de 600.000 pasajeros afectados.
«Esto no volverá a pasar. Habrá consecuencias», afirmó a última hora de la tarde el vicepresidente primero español, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien habló de «sucesos gravísimos» en una brevísima rueda de prensa.
Para esa hora, el 90% de los controladores estaban ya en sus puestos, después de habérseles comunicado que se les aplicaba la condición de militares y, en consecuencia, también el régimen sancionador militar. Rubalcaba puso énfasis en que dan por resuelto el problema y garantizan que no se repetirá en las próximas Navidades.
Avisos militares y denuncias
El Gobierno español puso en marcha todos sus recursos punitivos para hacer volver al trabajo a los controladores. Por un lado, el Ejército tomó de modo extraordinario el mando en los aeropuertos, lo que se tradujo a lo largo de la mañana en la comunicación a los huelguistas de que quedaban bajo régimen militar. Esto suponía que podían ser acusados de un delito de «sedición» si no acudían a su puesto. La consecuencia fue que paulatinamente se fueron incorporando, de modo que al concluir el turno de mañana se contaba con 109 de los 159 previstos.
En paralelo, se activó una vía penal. De madrugada, la Poli- cía ya entró en algún hotel de Madrid en que se hallaban reunidos para identificarlos, y la Fiscalía de esta comunidad comu- nicó después la apertura de diligencias. Un centenar de ellos serán llamados a declararán a partir del jueves. En otras autonomías como la valenciana ya se anuncian también actuaciones similares.
La Fiscalía de Madrid argumenta que «no parece asumible que a todos les haya pasado la misma causa, una enfermedad que definen como de disminución de su capacidad sicofísica y que les haya ocurrido a todos a la vez». Alguno de los controladores admitió después que ni siquiera pidieron la baja laboral, sino que se acogieron a un artículo del reglamento que les posibilitaría ausentarse de su lugar de trabajo si no se sienten en condiciones adecuadas.
Tras adoptarse estas medidas, en el turno de las 14.00 se completó la vuelta de los controladores. «Ha sido muy difícil convencer a una plantilla que está muy castigada a lo largo del último año», explicó el portavoz de la Unión Sindical de Controladores Aéreos, César Cabo. Algunos de ellos comparecieron llorando ante la prensa para dar explicaciones y denunciar que habían sido coaccionados.
Casi simultáneamente el Gobierno español daba por reabierto el espacio aéreo. Para las 19.00, ya se habían operado 119 vuelos en el conjunto del Estado español.
El PSOE señala al PP
La crisis deja inevitablemente su secuela política. El secretario de Relaciones Institucionales del PSOE, Gaspar Zarrías, abrió la espita al acusar al PP de «situarse al lado de los controladores», y concluyó que «no se puede tener menos vergüenza polí- tica». Y reveló que Mariano Rajoy y Esteban González Pons se habían reunido con miembros de este colectivo, por lo que instó a explicar de qué hablaron.
Su homólogo del PP pidió el cese inmediato de Zarrías «por mentir a los ciudadanos», tras defender que no puede probar las acusaciones de connivencia con los controladores. Solicitó además la comparecencia en el Congreso del ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, para que dé explicaciones sobre el comportamiento del dirigente del PSOE, dado que es su «número dos».
Otro portavoz del PP añadió posteriormente nuevos datos que alimentan la polémica. Dijo que ya el martes se comunicó al ministro José Blanco que empezaban a detectarse cada vez más problemas en el tráfico aéreo debido a las ausencias de controladores. E insinuó que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quizás suspendió por ello su viaje a la Cumbre Iberoamericana de Argentina y no por el motivo argumentado, que era el Consejo de Ministros extraordinario del viernes para aprobar más medidas especiales para la crisis. A todo esto, el líder del PP, Mariano Rajoy, bloqueado en Lanzarote, decidió grabar en vídeo su situación personal para hacer propaganda política.
Tras todo este cruce de declaraciones, tanto Zapatero como Rubalcaba se han ofrecido a comparecer en el Congreso y explicar sobre todo por qué imponen el «estado de alerta».
Los controladores tildan de «provocación» la aprobación del decreto sobre su jornada, detonante del plante, justo en víspera del puente. Dirigentes como Txiki Muñoz (ELA) creen que puede ser una «cortina de humo» del Gobierno para camuflar otras cuestiones.
Otros sindicatos como la CGT recordaron que el conflicto con los controladores salta apenas horas después de que se anuncie la privatización de AENA. En los aeropuertos se veían ayer numerosas pancartas sindicales en contra de esa medida.
El presidente navarro, Miguel Sanz, tuvo que cancelar su viaje oficial a Argentina y Chile por la ausencia de vuelos. No fue el único atrapado. El alcalde de Donostia, Odón Elorza, se encontraba ayer en el aeropuerto de Sevilla.
El aeropuerto de Bilbo reanudó sus actividades a las 16.45 tras reincorporarse los controladores aéreos de los principales aeropuertos del Estado a sus puestos de trabajo. El primer vuelo en despegar de la terminal vizcaina fue un avión de la compañía Air Europa, que lo hizo sin pasajeros. Le siguieron otros, también sin pasaje, de las compañías Air Europa y Spanair y un chárter fletado para las vacaciones de este puente. El primer avión con pasajeros salió cerca de las 17.20; era una nave de la compañía alemana Air Berlin con destino a Palma de Mallorca.
Hasta ese momento se habían cancelado un total de 87 vuelos, según precisó AENA, que quiso destacar que los controladores que trabajan en la torre del aeropuerto de Loiu se mantuvieron en todo momento en sus puestos de trabajo sin abandonarlos, aunque de poco sirvió al faltar la mayoría de sus compañeros en otros lugares.
Se calculaba que la normalidad operativa no se habría logrado hasta las 6.00 de esta mañana. A esa hora iban a reanudarse también las operaciones desde Foronda, Hondarribia y Noain, aeropuertos que permanecieron ayer prácticamente vacíos durante muchas horas tras advertirse por los medios de difusión de que resultaba inútil acercarse a las terminales. AENA subrayó también que, pese a la tensión creada por este plante, no hubo incidentes graves. GARA
Equipos deportivos de todo el mundo también tuvieron que cambiar sus planes. Así, el Baskonia tuvo que viajar a Sevilla en AVE en lugar de en avión, como tenía previsto. El actual líder de la ACB juega allí hoy contra el Cajasol en la cancha de San Pablo.