El caos aéreo también afectó al fútbol
Osasuna llegó primero, pero el Barcelona dio tres veces
Poco pudo hacer Osasuna ante el Barcelona que, como un martillo pilón, fue desgastando la resistencia local hasta ponerse por delante en el marcador en la primera mitad y sentenciar en la segunda.
OSASUNA 0
BARCELONA 3
Natxo MATXIN
El Sadar penó una derrota después de nueve largos meses de imbatibilidad, con el atenuante de que quien rompió tan extraordinaria racha no fue otro que un Barcelona caprichoso con sus formas de viajar, al que hubo que esperarle, retrasando la hora prevista de inicio del choque nada menos que tres cuartos de hora.
Quitando factores extradeportivos, la realidad es que Osasuna no hizo el ridículo frente a los culés, pero tampoco les puso en jaque, quitando los primeros quince minutos. El resto del encuentro los blaugrana demostraron el porqué de su estatus futbolístico y dieron la impresión de apretar y manejar el encuentro en función de lo que lo necesitaron para llevarse los tres puntos.
Y eso que los de Camacho comenzaron dando la mejor cara posible. Apretando arriba y generando más de un error en la zaga azulgrana, incluso disputándole el balón a la considerada mejor escuadra de la primera década del siglo XXI. Pese a que Villa llegó a asustar a los cinco minutos con un balón al que no llegó por milímetros, fueron los rojillos quienes también dispusieron de sus lances.
Un más que posible penalti (m.13) de Pedro sobre Juanfran -le desplazó claramente con la cadera- cuando ya se colaba y un error monumental de Valdés tres minutos después cuando le dio el balón franco a Soriano, pero el centrocampista no supo qué hacer con él, fueron lo más destacado del lado local.
Sin embargo, a partir de ahí los catalanes iniciaron su machacona armonía que fraguó en el 0-1 de Pedro después de que Messi repitiera similar asistencia vertical a las que ya diera el pasado lunes en la goleada culé frente al Real Madrid.
Resignados, sin reacción
No hubo reacción local tras el paso por vestuarios, el Barcelona no dejó que ello ocurriera, pues se adueñó del cuero en mayor proporción que en la primera mitad e incluso dio la sensación de ponerle más intensidad en la disputa. Osasuna pareció resignarse a alguna jugada de estrategia o balón suelto, pero para ello era necesario llevar a la meta contraria y eso no ocurrió. La escuadra azulgrana se cuidó muy mucho de que la pelota rondara sus dominios poniendo cerco a la portería de Ricardo y anotando un par de dianas más. La empresa era demasiado complicada, pese a la inmejorable trayectoria casera.
Ya en sala de prensa, de lo que menos se habló fue de fútbol. El técnico azulgrana, Pep Guardiola, dio su versión de los hechos, aduciendo que las decisiones del Barcelona estuvieron siempre determinadas por los contactos con la Federación. «Somos de un país muy pequeño ahí arriba y pintamos muy poco en esto. Si no hemos salido antes es porque nos aseguraron que podíamos viajar en avión. Me sabe mal por la afición navarra, a la que se le han imbuido ideas equivocadas».
Todas las alarmas saltaron cuando el Barcelona se mantuvo en su costumbre de viajar en avión y el mismo día del partido, a sabiendas de la protesta de los controladores aéreos, y desde la Federación Española de Fútbol, su secretario general, Jorge Pérez, fue partidario de una posible suspensión del partido asegurando que «en ningún caso el Barça perdería los puntos», en unas declaraciones que se producían durante la mañana de ayer. A esa misma hora, equipos como el Sporting, Valencia o Atlético emprendían o estaban inmersos en un desplazamiento en autobús para disputar otros encuentros ligueros, con el consiguiente agravio comparativo. Un medio de locomoción, por cierto, que no tuvieron reparos en utilizar los de Guardiola la temporada pasada cuando se vieron forzados a viajar a Milán de tal forma debido a las cenizas del volcán islandés Eyjafjallajökull.
Una vez anunciado el posible aplazo, todo fueron especulaciones, rumores, críticas, especialmente desde la prensa deportiva madrileña, que puso el grito en el cielo por conveniencia propia. Mientras tanto, Osasuna fue el paradigma del convidado de piedra. Ignorado por la propia Federación hasta el último momento, el club rojillo plantó cara a la manifiesta injusticia. Se presentarían a la hora prevista y no lo harían al día siguiente, pues ya se había comenzado a filtrar la posibilidad de que el choque se disputara hoy a las 17.00.
La posición navarra desató los acontecimientos y el órgano federativo, posteriormente criticado por el propio Barcelona al declararse «sentirse engañado», dio marcha atrás en sus intenciones y obligó a los culés a presentarse en Iruñea. Deprisa y corriendo, los líderes ligueros tuvieron que subirse al AVE -se añadió un vagón extra para la plantilla y otro más para la prensa catalana- y llegar a las 20.03 a Iruñea, donde fueron recibidos con pitidos, a diferencia de anteriores temporadas. N.M.