Al menos 40 personas murieron ayer por las bombas de dos kamikazes que tenían como objetivo a los responsables de una milicia que combate a los talibanes en el noroeste de Pakistán, un país sacudido por una ola de atentados atribuidos a islamistas vinculados a Al-Qaeda.

El ataque tenía como objetivo las oficinas de la administración local en las que se celebraba una reunión entre funcionarios y responsable de una milicia tribal opuesta a los talibanes en Ghalalnai, capital del distrito tribal de Mohmand, declaró por teléfono a France Presse un responsable de las autoridades locales, Maqsood Amin.

«Al menos 40 personas han muerto y cerca de 60 han resultado heridas», anunció a France Presse Amjad Alí, otro responsable de la Administración contactado en el lugar de los hechos.

Los kamikazes llegaron en moto e intentaron penetrar a pie en el interior del edificio administrativo. «El primero hizo explotar su bomba en la entrada, el otro en el interior del recinto», relató Alí.

El distrito de Mohmand, es uno de los feudos del Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP).