Me ha parecido oírle decir que «integrarse en democracia no es sólo presentar unos estatutos en un registro que pueden fotocopiarse de cualquier asociación legal». Ay, Sr. López, qué despiste; es que los nervios que se la juegan a cualquiera. Pues claro que sí; para todos ustedes sólo es eso. Con «eso» -ya sabe, «la condena firme y unánime de la violencia» (¡ojo!: la de ETA)- han otorgado las «credenciales», que las llama usted: el permiso de conducir por los parajes de la democracia española, que es de tráfico denso -ya ve que se lo dieron a cualquiera-, pero de regulación facilona. Señales pocas y Stop, ninguno. Vale derrapar y regalan puntos por adelantar por la derecha y conducir marcha atrás, que ahí... ¡wow!, ¡qué destreza!: cada demócrata hecho un Moisés, las Tablas de la Ley de Partidos y su Único Mandamiento bajo el brazo, ilegalizando formaciones políticas, cerrando medios de comunicación, encarcelando ciudadanos por decenas; instaurando la cadena perpetua, torturando, validando las condiciones de vida límites de los presos políticos y la presión extrema hacia sus familiares; justificando los GAL, usurpando alcaldías... Pero para la izquierda abertzale democracia no es eso. Qué mal, eh. Y se vienen acercando ya todos los demonios: el de la participación política, el de un nuevo escenario político, el Hombre del Saco de los derechos civiles y políticos... No es de extrañar, en fin, que usted y tantos otros pierdan los nervios y se les vaya la color. Por cierto, si cuando se presenten los estatutos de la nueva formación política me hace el favor de indicarme de qué otra asociación legal los han fotocopiado, le quedaré tan agradecida.