Iñaki VIGOR

La reciente coloración verde de los ríos fue una impactante acción de Mugitu AHT Gelditzeko, y la de ayer no fue menos sorprendente, sobre todo, para los conductores más despistados. «Considerando que el Departamento de Obras Públicas, Transportes y Comunicaciones del Gobierno Foral se ha visto obligado a extremar las sanciones para sufragar el altísimo coste de las obras del TAV (más de 3.000 millones de euros), se comunica al propietario del vehículo que ha sido sancionado con la cantidad de 95,80 euros. Dicha medida tiene su justificación ante la falta de liquidez del Ejecutivo para seguir acometiendo dicha obra. La cifra de 95.80 euros sólo supone el 2% de lo que cada habitante pagará por la construcción del TAV (4.790 euros)». Éste es el texto que acompañaba a la falsa multa colocada por numerosos miembros de Mugitu en unos 30.000 vehículos estacionados en Iruñea y otras localidades navarras.

La misma acción, con «multas» similares, se llevó a cabo en miles de vehículos de Bilbo, Donostia, Gasteiz, Ezkerraldea, Debagoiena, Oarsoaldea, Arrigorriaga, Basauri y otras muchas localidades vascas.

Esta iniciativa fue muy comentada durante todo el día de ayer, especialmente porque casi todo el mundo tenía algún conocido al que le habían colocado la «multa», cuando no era él mismo el elegido. Al primer susto le siguió una sensación de alivio, tras comprobar que no se trataba de una sanción auténtica, pero el «sobresusto» vino al ver el impacto económico real que tendrán las obras del TAV.

Más de 9.300 millones

Y es que, como explicaron los miembros de este movimiento contra el TAV, la construcción de esta magna infraestructura costará unos 4.790 euros a cada persona. De momento, el presupuesto en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa asciende a unos 6.340 millones de euros, a los que se suman más de 3.000 millones en Nafarroa.

Como la cosa no está para tirar cohetes, la situación se agrava si se tiene en cuenta que «los gobiernos vasco, navarro y español no tienen liquidez para hacer frente al elevadísimo coste del TAV y están agotando su capacidad de endeudamiento», informó Mugitu.

Para hacer frente a semejante coste se están recortando recursos de otros servicios públicos. Según los datos difundidos por este movimiento, para 2011 el Gobierno de Lakua ha asignado 275 millones de euros para las obras del TAV en Gipuzkoa, al tiempo que recorta 260 millones de Osakidetza. «El precio estimado de este ramal guipuzcoano, apenas comenzadas las obras, ya ha aumentado 303 millones de euros», agrega Mugitu.

También recuerda que, en este contexto de recortes sociales, la Diputación de Bizkaia ha desembolsado 65 millones de euros para rescatar de la quiebra a la empresa concesionaria del túnel de Artxanda, mientras en la Supersur «se reducen las expectativas de tráfico».

En definitiva y tras recordar que ya ha habido tres trabajadores muertos en las obras del TAV, Mugitu sostiene que «el único beneficio económico de este proyecto es para el inflado sector de la construcción».

Miembros de este movimiento ciudadano realizarán mañana concentraciones y parodias en Iruñea y Bilbo para explicar de forma detallada el significado de su impactante acción.