Un agente de la Guardia Civil ha sido condenado a nueve años de cárcel por abusar sexualmente en el cuartel de Intxaurrondo de una niña de 12 años que también vivía allí, a la que deberá indemnizar con 50.000 euros.

Los hechos ocurrieron el 14 de mayo de 2007, cuando el procesado, que sabía que los padres de la menor se encontraban fuera, invitó a la pequeña a acompañarle a su domicilio «con la excusa de ver unos cachorros», a lo que la menor «accedió de buen grado» porque tenía una confianza «máxima» en el procesado, según recoge la sentencia.

Una vez en el domicilio, en el que no se encontraban ni la esposa ni la hija del agente, ambos se dirigieron a la habitación en la que estaban los cachorros en un cesto y la niña se agachó para jugar con ellos, si bien al darse la vuelta se encontró al hombre «desnudo de cintura para abajo».

En ese momento, el agente asió a la menor, la tiró sobre un sofá, se colocó sobre ella, le quitó la ropa interior e intentó penetrarla, mientras la pequeña forcejeaba con él y le dio una patada, lo que hizo que el agresor cesara en su conducta.

Cuando salió de esta dependencia, la pequeña ya se había vestido para marcharse y el inculpado le advirtió de que no dijera nada de lo sucedido. A pesar de ello, la niña contó parte de lo ocurrido a su hermano mayor, que telefoneó a su madre y esta formuló una denuncia vía fax. A raíz de este suceso, la pequeña padece «una importante afectación psicológica» y ha tenido que ser hospitalizada en dos ocasiones.

Durante el juicio, el guardia civil procesado admitió «la existencia de un contacto sexual», si bien llegó a manifestar que «fue la niña la que le provocó, tumbándose ella misma en el sofá».

La misma sentencia absuelve al agente de un delito de abuso sexual sobre otra menor, también residente en el cuartel de Intxaurrondo, por falta de elementos de corroboración.