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«Ley Sinde»: pesar entre los creadores y celebraciones en la Red

El batacazo a la denominada «Ley Sinde» ha provocado reacciones bien diferentes entre defensores y detractores del proyecto. Mientras unos celebraban el rechazo por parte del Congreso español, otros exigían la dimisión de la ministra Ángeles González-Sinde.
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A.K. | DONOSTIA

El rechazo a la «Ley Sinde» en la Comisión de Economía del Congreso español despertó rapidísimas reacciones de celebración en la red. La conclusión en negativo para la disposición final segunda de la Ley de Economía Sostenible, un paquete de medidas que impulsa el Gobierno de José Luis Rodríguez para afrontar la crisis en ámbitos como fiscalidad, economía, energía o medio ambiente, entre otros, desató toda una «fiesta on-line».

Como «victoria increíble» tras «tres años de batalla» fue calificada desde «Hacktivistas», una de las plataformas que más han luchado contra la llamada «Ley Sinde» o «Ley antidescargas» a través del nombre «Sindegate», y que describió la jornada del martes como «el mayor fracaso político» de González-Sinde. «Debería ser su tumba. Su dimisión es imprescindible por higiene política y ese es el próximo objetivo de `Hacktivistas'», reconocieron desde esta plataforma.

A estas peticiones de dimisión se sumó también el PP. El vicecoordinador de Comunicación del PP, Esteban González Pons, sostuvo que la titular de Cultura debería haber dimitido ya de su puesto, pero no por el hecho de que este martes fuera derrotada en el Congreso su propuesta para crear una comisión con capacidad para proponer el cierre de páginas web por la vulneración de derechos de propiedad, sino por no haber logrado antes de esa votación un consenso entre los grupos para regular de forma equilibrada los derechos de propiedad.

En los pasillos de la Cámara Baja, González Sinde calló cuando se le preguntó por esas peticiones de dimisión, limitándose a recalcar que «el Gobierno está plenamente convencido y comprometido con la propiedad intelectual, que es fundamental para el desarrollo económico de nuestra industria cultural».

La Asociación de Internautas felicitó a la ciudadanía por las protestas contra la «Ley Sinde», que contemplaba el cierre o bloqueo por orden judicial de páginas web que permiten la descarga presuntamente ilegal de contenidos, y aseguró que señala que «éste no ha sido un triunfo cualquiera, ha sido un triunfo de la democracia directa y de los ciudadanos que deciden no ser individuos pasivos sino que se implican a diario en los problemas que les afectan directamente, y que exigen que los políticos a los que eligen rindan cuentas de sus decisiones».

Igualmente, indicó que se ha mostrado además que «la democracia y el Estado de Derecho no son gratis, sino que deben ganarse día a día y minuto a minuto porque, si los ciudadanos no se ocupan de defender estas cosas, nadie lo hará por ellos».

Defensores

Por su parte, en la Coalición de Creadores, aunque preferían no hacer declaraciones tempranas, aseguraban que, ante el rechazo de la «ley antidescargas», actuarían «en consecuencia». «Con-tamos con el respaldo de la Unión Europea», aseveraban, anunciando su intención de «proponer (ante las instituciones europeas) un modelo más contundente de lucha contra la piratería».

«Tenemos que dar a entender lo importante que es la creación en el PIB de este país», aseguraban, y alertaban sobre «los riesgos clarísimos» que llevarían a la cultura a «hundirse en el fango», ya que «muchas empresas podrían no instalarse o irse de España».

Por su parte, desde Red SOStenible recordaban que «la defensa de internet no está reñida con la defensa de los derechos de los autores» y quisieron felicitar a «aquellos políticos que han sido capaces de trabajar en diálogo con los ciudadanos».

Eso sí, quisieron responder a «los que utilizan el nombre de los artistas para intereses avariciosos y sin futuro», señalando a Alejandro Sanz «que critica las leyes de España, pero paga sus impuestos en Miami», o Álex de la Iglesia, «que ha recibido a todas las élites y los lobbies, pero se ha negado siempre a recibir delegaciones de artistas de a pie e internautas».

NO DIMITIRÁ

El PSOE rechazó que la ministra española de Cultura, Ángeles González-Sinde, deba dimitir y aseguraron que seguirán intentando una regulación equilibrada en este campo, ya sea en el Senado, donde la Ley de Economía Sostenible debe debatirse de nuevo en enero, o por otras vías.

SATISFECHO

FACUA, la organización de defensa de los consumidores, mostró su satisfacción ante el rechazo, pero alertó de que continuará con sus movilizaciones «para evitar una norma que pretende acabar con la esencia misma de internet, al dictado de la industria cultural y el Gobierno de EEUU».

Una «ley antidesgargas» que «satisfaga a todos»

La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, aseguró que el Gobierno español trabajará por encontrar «un modelo que satisfaga a todos», tras el rechazo de la «ley antidescargas» en el Congreso de los Diputados por parte de los grupos parlamentarios.

González-Sinde cree que todos los partidos «están de acuerdo en encontrar una fórmula para compatibilizar los derechos de todos en la red», aunque precisó que cada grupo tenía una opción «distinta».

La ministra reiteró el compromiso del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero con la defensa de los derechos de autor, y aseguró que están analizando «cuáles pueden ser los siguientes pasos en ese camino de defensa de la propiedad intelectual».

En opinión de la ministra, el objetivo del Gobierno sigue siendo el mismo, «encontrar una fórmula que permita a los usuarios disponer de contenidos legales en la red a precios asequible y que no persiga ni criminalice a los usuarios».

La titular de Cultura dijo que los creadores son conscientes de que su futuro y su presente depende absolutamente de que haya unas reglas del juego «justas y equitativas» en la red. De lo contrario, apuntó que «poco a poco perderemos patrimonio cultural, se dejarán de hacer inversiones y sólo tendremos una cultura de `amateur'».

A su juicio, depender sólo de una cultura no profesional sería «una merma» para el Estado español, cuya lengua y potencial cultural hacen que esté «por encima de otros países».

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