OLASO
Obsesión
La obsesión de Barcina con todo lo que tenga relación con la cultura vasca raya lo enfermizo. Prohibir -y reprimir- el Olentzero no puede entenderse sino como un disparate que transforma la política en Nafarroa en una representación surrealista. Barcina es ajena a la historia y a la realidad cultural navarras, pero en su partido alguien debería poner un punto de sensatez ante tanto dislate. Si lo cuentan fuera, no les creerán.