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Extremoduro reúne en una caja-libro toda su discografía: diez ásperos y poéticos discos

Para los aficionados al rock que lleven acumuladas unas cuantas batallas callejeras, Extremoduro pasará por ser una de las formaciones frontales de su vida, el grupo que le sedujo con rock y palabras.

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P. C. | BILBO

«Y llega en tu braguita, el amor, de visita. Y en mis pantalones, entre los cojones, voy a tatuarme, azul, una casita, para que allí vivan nuestros corazones», fragmento de la canción «A fuego». Lo canta Robe en la canción que abre «Yo, minoría absoluta» y lo expresa con las venas cargadas de rabia y rock.

«¿Dónde están los besos que te debo? En una cajita, que nunca llevo el corazón encima, por si me lo quitan. Pero, ¿dónde están los besos que me debes? En cualquier esquina, cansados de vivir en tu boquita, siempre a la deriva»... y continúan los guitarrazos del bilbaino Iñaki Antón y las melodías de hierro y pasión de Robe Iniesta, en un contraste único que ha singularizado la historia de Extremoduro hasta colocarlo en el vértice de los grupos más influyentes dentro del rock urbano, tanto por su sonido y composiciones, como por las inspiradas letras de Robe Iniesta.

Las fechas son las adecuadas, por lo que una voluminosa caja con aspecto de libro reúne toda la discografía oficial de Extremoduro. Diez compactos en formato digi-pack de doble carpeta y cuadernillo interior. Todo muy cuidado. La verdad es que cuesta adivinar qué causa mayor placer; si tener el «libro» entre las manos, o el manojo abierto de discos.

Robe lleva años tomándose la vida sin la presión que el sistema inculca, en especial desde que vive en Lezama. Las giras son puntuales, los discos cuando toca, cuando hay algo que contar y, como Robe es muy exigente, sólo ha publicado dos discos en esta década que cae, «Yo, minoría absoluta» (2002) y «La ley innata» (2008), aunque en setiembre del año pasado se editó «El viaje íntimo de la locura», su primera novela, que se inicia, en palabras del autor, por una etapa de «aburrimiento» al no encontrar las canciones adecuadas. «Si te aburres, piensas en otras cosas, exploras nuevos caminos. De todas formas, me ha costado mucho, empecé en 2003».

«Extremaydura»

La poesía carnal y etérea es parte de la obra de Extremoduro, pero también los textos sin figuras ni retórica: «Hizo el mundo en siete días; Extremadura el octavo, a ver qué coño salía, y ese día no había jiñado. Cagó dios, en Cáceres y Badajoz», canta Rober en «Extremaydura», de su álbum «Rock transgresivo», donde, en realidad, comienza la historia popular de la banda, aunque previamente tuviese que pelear en Plasencia contra todos los elementos, incluidos los instituciales. Vende vales para financiar su primera maqueta y parte, después, en busca de su destino; había otro.

Superada la complicada etapa de los ochenta, con Rober desubicado, la firma con la discográfica DRO calma la situación y comienza un periodo más creativo y estable, aunque, a la par, agitado y convulso.

Revisados los diez títulos, rememorados textos y música, sólo cabe rendir pleitesía a cada acierto o zozobra de una historia absorbente, adictiva y repleta de talento sin adulterar.

Ficha

Título: «Extremoduro. 20 años. Discografía completa».

Contenido: Caja que incluye los diez discos oficiales de la banda, además de numerosos extras en la mayoría de los discos.

Tiendas: Ya a la venta, alrededor de 45 euros.

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