Investidura del president de Catalunya
El acuerdo con el PSC abrió la puerta del Palau de la Generalitat a Mas
El PSC logró que Mas le prometiera públicamente que en «los temas de país» tendrá que tener en cuenta su opinión para abstenerse y permitir que sea el nuevo president de la Generalitat catalana, en lo que es un nuevo freno para una eventual vía soberanista de CiU.
GARA | BARCELONA
El Parlament de Catalunya invistió ayer al líder de CiU, Artur Mas, como nuevo president de la Generalitat gracias al apoyo de los 62 diputados de su grupo, la abstención de los 28 del PSC y el rechazo de los 45 parlamentarios que suman PP, ICV-EUiA, ERC, Solidaritat y Ciutadans.
Tras siete años en la oposición, Mas se convirtió en el president número 129 de la Generalitat y tomará posesión del cargo el lunes en un acto solemne en el Palau de la Generalitat, después de que la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, se entreviste hoy en Madrid con el rey español, Juan Carlos de Borbón, para comunicarle la decisión de la Cámara.
Tras la votación, Mas se dirigió a los 135 diputados catalanes para expresar con algo de emoción su agradecimiento a sus predecesores en el cargo -Jordi Pujol estaba en el palco junto a la esposa de Mas- y subrayó que afronta la Presidencia como «un servidor y no un salvador de Catalunya».
El PSC accedió finalmente a facilitar la investidura de Mas gracias a la firma de un acuerdo público en el que se aseguran de que «en los grandes temas de país» CiU deberá contar con su opinión.
Mas alabó el «gesto positivo» del PSC e hizo un llamamiento al resto de grupos a «hacer piña para ayudar» al nuevo Govern a sacar a Catalunya de la crisis.
En cualquier caso, Mas destacó que el acuerdo con el PSC no garantiza a CiU la estabilidad parlamentaria para toda la legislatura.
En esta línea, el portavoz del PSC, Joaquim Nadal, recordó a Mas que su abstención no comporta «ninguna garantía adicional» de estabilidad.
«No hay pacto de ningún tipo a partir de mañana [hoy]. Queda claro que los seis diputados que le faltan [para la mayoría absoluta] le siguen faltando», sentenció Nadal, que justificó la abstención del PSC por «responsabilidad política».
La portavoz del PP, Alicia Sánchez-Camacho, expresó sus dudas de que «en las cuestiones importantes Mas pueda gobernar con el apoyo del PSC, que ha dejado el país como está», y recalcó sus discrepancias con CiU en materias como la lengua, por lo que instó a Mas a «tener el sentido de Estado que tiene a menudo Josep Antoni Duran i Lleida», el líder de UDC, la U de CiU.
No de ICV, ERC y Solidaritat
En nombre de ICV-EUiA, Joan Herrera destacó que su grupo hará «una oposición beligerante contra el recorte de políticas sociales», al tiempo que reclamó unidad y ambición ante las sentencias que afecten al autogobierno o a la lengua.
Joan Puigcercós (ERC) lamentó que CiU no hubiese aceptado las propuestas que hubiesen posibilitado la abstención de su grupo, referidas a la necesidad de romper con la vía autonomista, y advirtió de que la sentencia del Tribunal Constitucional español sobre el Estatut «seguirá teniendo secuelas importantes».
Joan Laporta (Solidaritat) señaló que a Mas «le falta liderazgo para llevar a Catalunya por la prosperidad, además de mantener una actitud derrotista y de falta de humildad».
El portavoz de Ciutadans, Albert Rivera, que fue el único que intervino en castellano en la sesión de ayer en el Parlament, afirmó que tras el pacto entre CiU y PSC «habemus sociovergencia».
Convocadas por la CUP (izquierda independentista), ayer se celebraron concentraciones contra la obligatoriedad del castellano como lengua vehicular en la educación en Barcelona, L'Hospitalet de Llobregat, El Vendrell, Manresa, Mataró, Vic, Reus, Tarragona, Girona, Sabadell y Cerdanyola del Vallès.
El Gobierno español acordó ayer recurrir al Tribunal Constitucional la Ley de Consultas Populares catalanas, al considerar que «vulnera competencias exclusivas del Estado sobre la regulación y la convocatoria de referendos».
Esta decisión se produce al día siguiente de que el Tribunal Supremo español ordenase a la Generalitat introducir el castellano como lengua vehicular en la enseñanza catalana y el mismo día en el que el Parlament invistió a Artur Mas como nuevo president del Govern.
Numerosos municipios han acogido ya consultas populares sobre la independencia de Catalunya, en un proceso que aún está en marcha. El 10 de abril se celebrará una consulta por la independencia en Barcelona. Aunque estas consultas no son vinculantes y tienen valor meramente simbólico, han servido para colocar en la agenda política catalana la reivindicación de la independencia.
Se ha llegado a plantear incluso la convocatoria de una consulta a nivel del Principat con respaldo del Parlament y carácter institucional. El Gobierno español ha optado por cerrar esta vía recurriendo al Constitucional. Martxelo DÍAZ