Si hay algo en lo que coinciden vascos y vascas, de forma reiterada y casi unánime, es en que Patxi López es el peor valorado de los lehendakaris que hasta ahora han sido. Es más, la falta de confianza en la labor de su gobierno es progresiva (...).

López decía, a la vista de los malos resultados de las primeras encuestas, que la gente no había tenido tiempo de apreciar su labor ni el alcance de su política. Casi dos años después ha tenido tiempo sobrado y a esa misma gente, lo que hace no le gusta en absoluto. O Patxi, si es listo, da un giro a su política anti encuestados o verá cómo sigue cayendo su nulo prestigio hasta pasarle a Zapatero en su escasísima apreciacíón.

Además, López heredó un país poco azotado por la crisis y el paro. En nuestra Comunidad, el paro es del 10 por ciento aproximadamente, mientras que en España sobrepasa el doble de ese porcentaje. A lo que se aprecia, basar toda su política en las señas identitarias (españolazas), la comunicación (de buenas intenciones) y el humo (ley anti tabaco) no es suficiente para borrar la mala imagen de López y su gobierno. (...)