FÚTBOL INTERNACIONAL El argentino alcanza los 150 goles en la Serie A italiana
La segunda juventud de Valdanito
A sus 35 años, Hernán Crespo continúa anotando goles en el fútbol de élite. Milita actualmente en el Parma, el mismo conjunto en que dio comienzo su andadura por Europa. Ha jugado además en River Plate, Lazio, Inter, Chelsea, Milan y Genoa.
Beñat ZARRABEITIA
Toni, Inzaghi, Lucarelli... las redes del fútbol italiano siguen siendo perforadas por auténticas leyendas. Delanteros curtidos en mil batallas y que, pese al transcurrir de los años, siguen creando pánico en las áreas rivales.
El argentino Hernán Crespo es uno de los integrantes de este selecto grupo. El pasado 6 de diciembre, un doblete ante el Udinese le permitió alcanzar la nada desdeñable cifra de 150 goles en la Serie A.
A sus 35 años, Valdanito ha retornado al Parma, a donde llegó cedido por el Genoa. En el Ennio Tardini se ha vuelto a mostrar letal con su promedio de 0'48 tantos por encuentro a lo largo de su carrera.
Nacido el 5 de julio de 1975 en la localidad de Florida, en el Gran Buenos Aires, con apenas 13 años de edad entró en las categorías inferiores de River Plate. Su progresión fue meteórica y con apenas 18 debutó con la elástica de los Millonarios.
Su parecido con el ex delantero del Alavés o Real Madrid Jorge Valdano, actual responsable deportivo del club merengue, le llevó a ser apodado como Valdanito. Ganó los títulos nacionales de 1993 y 1994 y, tras la conquista de la Copa Libertadores de 1996, dio el salto a Europa.
Italia e Inglaterra
Su primer club al cruzar el océano Atlántico fue el Parma. Eran los buenos tiempos de la escuadra de la empresa lactea Parmalat, el dinero no faltaba y los gialloblu si hicieron con la Copa italiana y la UEFA de 1999.
Un año después fue traspasado a la Lazio a cambio de 55 millones de dólares. Los laciales también vivían una etapa de vacas gordas con Sergio Cragnotti al frente, que luego acabó en la cárcel por un buen número de delitos. Grandes fichajes como Crespo o Vieri fueron habituales a finales de los noventa.
Con el equipo romano se proclamó Capo Cannonieri -máximo goleador- en 2002, año en el que padeció la enorme desilusión que supuso la actuación de la selección argentina en el Mundial de Corea y Japón. Concluida la Copa del Mundo fichó por el Inter, club enfrascado entonces en el máximo apogeo de la locura despilfarradora de Moratti, pero apenas duró un año en la entidad azul y negra.
Su siguiente destino fue el primer proyecto de Roman Abramovich en el Chelsea. En 2004 volvió a Milán, pero en este caso a jugar como cedido en el equipo rojo y negro de la ciudad. De allí de nuevo al Chelsea, antes de retornar definitivamente al Inter en 2007.
En su regreso al equipo nerazzurri completó un gran curso, anotando 14 tantos para contribuir a la consecución del Scudetto. Sin embargo, su participación se fue reduciendo de forma notable hasta abandonar el equipo en 2009 con destino al Genoa. Su concurso con los genoveses tampoco fue el esperado, cinco goles en dieciséis partidos. Hecho que, unido al fichaje de Luca Toni, provocó que fuese cedido al Parma.
Ahora vuelve a ser feliz. Juega en un equipo necesitado de ídolos que ha purgado sus pecados económicos. Crespo marca, infunde carácter al equipo y es un ejemplo para los jóvenes. Sin duda, uno de los mejores de los últimos tres lustros, tanto a nivel de club como en su selección, con la que ha anotado 34 tantos en 65 choques. Valdanito se ha hecho mayor y ha superado todos los registros del hombre en el que se basaron para ponerle el apodo.
Con sus 35 dianas anotadas con la selección argentina, es el segundo mayor goleador de la historia, sólo superado por Gabriel Batistuta, que marcó 56 goles durante su carrera.
En la lista de goleadores argentinos en todo tipo de competiciones, Crespo ocupa la octava plaza de una lista encabezada por Alfredo Di Stefano, quien logró 510 goles en 698 partidos.