Félix se despidió del público de Berriatua obteniendo su octava Cesta de Oro, una marca realmente espectacular y que está al alcance de unos pocos elegidos que ya tienen su hueco en el Olimpo de este deporte. Además, el zaguero vio reconocida su labor con una atronadora ovación que le hizo emocionarse a la conclusión del festival.

El zaguero, que en agosto cumplió 32 años como profesional, formó con su sobrino Aimar, con quien obtuvo un amplio triunfo (35-22) que permitió a ambos reeditar el entorchado alcanzado el 30 de diciembre de 2009, cuando juntos doblegaron en el Ezkurdi a los hermanos Alberdi.

El duelo quedó rápidamente encarrilado del lado de los colorados, que pusieron tierra de por medio para colocarse con un 13-5 de salida gracias al dominio de Félix, que firmó un dos paredes marca de la casa, y a la seriedad de Aimar, que durante la primera parte no remató mucho, pero que apenas cometió errores y supo cargar el juego en la zaga, mientras que Lander no acabó de estar a gusto a la hora de rematar.

Emocionado

El pelotari terminó el último partido ante sus paisanos realmente emocionado y, viendo su último resultado, dejó entrever alguna duda sobre seguir jugando. «Pero ya tienes más riesgo de lesionarte y ahora me siento bien y, tras ganar el título, pues mejor todavía», señaló.

De momento, su adiós definitivo está programado para el próximo día de Reyes en la Uni de Markina.