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San Juan, el río de la discordia que enfrenta a Nicaragua y Costa rica

Nombrado Desaguadero por los conquistadores españoles cuando lo descubrieron en 1525, el río San Juan es probablemente la más importante vía fluvial natural de Centroamérica y, desde hace más de un siglo, motivo de controversias entre Nicaragua y Costa Rica.

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Alfredo G. PIERAT I Prensa Latina

Nace en el gran lago Cocibolca y se extiende unos 200 kilómetros por territorio nicaragüense hasta desembocar en el mar Caribe, y su caudal se nutre de los ríos del norte de Nicaragua, que vierten sus aguas en el lago Xolotlán y de allí pasan al Cocibolca.

Cuando los españoles se percataron de la importancia de esta vía fluvial, la utilizaron de inmediato para el trasiego de mercancías desde sus posesiones en los territorios que después dieron origen a Nicaragua, Costa Rica, Colombia, Cuba y otras islas del Caribe. El San Juan se volvió en esa época una ruta de tránsito muy concurrida.

Nicaragua, con sólo unas décadas de vida independiente se convirtió en un punto estratégico y despertó otras apetencias.

Delimitación de la frontera

El 15 de abril de 1858, Máximo Jerez y el general José María Cañas, en representación de Nicaragua y Costa rica, respectivamente, suscribieron el Tratado Cañas-Jerez, que fue aprobado por los parlamentos respectivos, en un intento de solucionar la creciente tensión limítrofe bilateral.

Unos años antes, Costa Rica se había apropiado del territorio nicaragüense de Nicoya y su Ejército, entonces el más moderno y mejor armado de Centroamérica, amenazaba con expandir sus fronteras por el norte.

Por esa época, la idea de construir un canal interoceánico en el istmo centroamericano cobró fuerza, y hacerlo utilizando el río San Juan y el lago Cocibolca era una alternativa nada desdeñable.

El Tratado Cañas-Jerez atribuyó la orilla norte y las aguas del río San Juan a Nicaragua y la orilla sur a Costa Rica, a la que le otorgó derechos perpetuos de navegación por el río, pero sólo con fines comerciales.

Pero las apetencias expansionistas costarricenses no se detuvieron. En las décadas posteriores se repitieron los incidentes entre ambos países por la disputa del río, y el diferendo desembocó en 2009 en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, que el 13 de julio de ese año ratificó lo indicado en el Tratado.

El Tratado Cañas-Jerez, los laudos posteriores y la sentencia de la CIJ son «los puntos de partida» que sustentan las posiciones del Gobierno nicaragüense ante las nuevas pretensiones expansionistas de Costa Rica, dijo el 7 de noviembre el presidente Daniel Ortega al secretario general de la OEA, José Manuel Insulza.

El dragado del río

El 13 de noviembre, Ortega explicó las razones que condujeron a su Gobierno a emprender el 18 de octubre el dragado del río en su desembocadura, para restituirle el caudal que tenía en 1858. Según dijo, en verano el San Juan se seca en un largo tramo porque el 90% de sus aguas se desvían hacia el río Colorado, que corre hacia el sur, en territorio de Costa Rica. El Colorado es un brazo del San Juan y era originalmente un arroyo de poca importancia, pero fue dragado por Costa Rica y ahora tiene mucho más caudal.

Recuperar el caudal del San Juan, por tanto, implica no sólo limpiar de obstáculos su desembocadura sino dragar también la parte del cauce donde las aguas se desvían hacia el Colorado.

Y para esa monumental tarea en un río sobre el que tiene soberanía, Nicaragua está respaldada por tratados, laudos y sentencias reconocidas internacionalmente.

Incidencia del narcotráfico

Centroamérica se ha convertido en los últimos años en lugar de paso obligado de los cargamentos de drogas que, procedentes sobre todo de Colombia, emprenden el camino hacia México, para desde allí abastecer a EEUU, el primer mercado mundial.

Las zonas cercanas a la frontera de Nicaragua y Costa Rica parecen estar entre las preferencias para ese trasiego ilegal, según los principales jefes del Ejército y la Policía nicaragüenses, que desde hace años desarrollan allí, con bastante éxito, operaciones destinadas a frenar el narcotráfico y el crimen organizado.

Los golpes propinados a esas bandas demuestran que Nicaragua es un muro de contención para el narcotráfico, labor en la que dicen estar solos, porque la colaboración costarricense es mínima, cuando no ausente.

La nueva versión

Según especialistas y personalidades gubernamentales y políticas nicaragüenses, Costa Rica siempre se ha opuesto al dragado del San Juan y desde que se anunció el comienzo de esas labores manifestó su preocupación aduciendo eventuales daños ecológicos sobre su territorio.

El inicio del dragado desató el conflicto actual, al acusar Costa Rica a Nicaragua de depositar sedimentos del río en el lado tico de la frontera, a lo que añadió la violación de su territorio por militares nicaragüenses, a partir de versiones de narcotraficantes que, perseguidos por el Ejército, penetraron en Costa Rica y huyeron hacia San José.

Nicaragua rechazó las acusaciones, pero Costa Rica llevó el asunto a la OEA, al tiempo que San José desataba una intensa campaña mediática, con ribetes xenófobos, contra su vecino.

Desde entonces, Costa Rica ha tratado de presentarse como víctima, aduciendo, entre otras cosas, que es un país sin Ejército, a pesar del impresionante despliegue de unidades policiales enviadas a la frontera.

Con independencia de los objetivos perseguidos por Costa Rica al desatar este conflicto, para Nicaragua se trata de un problema de soberanía, de preservación de su integridad territorial y la sociedad nicaragüense ha cerrado filas y se ha unido tras las posiciones asumidas por el Gobierno sandinista, en una expresión de unidad nacional que no se había visto en largo tiempo en esta nación centroamericana.

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