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La lógica se impuso, pero pidiendo permiso

El Baskonia puso fin a la mala racha de tres derrotas consecutivas y logró la clasificación matemática para la Copa, pero sólo reflejó su mucho mayor potencial ante un rival muy mermado en el último cuarto.

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C. LABORAL BASKONIA 86
MANRESA 65

Jon ORMAZABAL

Lejos de poner fin a esa racha de tres derrotas consecutivas con un puñetazo sobre la mesa, el Baskonia volvió a la senda de la victoria como pidiendo permiso para imponer su mucho mayor potencial ante un Manresa que tiró de orgullo para, asumida su derrota, volver a casa con la cabeza alta. Con los roles y las responsabilidades aún sin definir del todo, recuperar esa contundencia que se le presupone todavía parece imposible y, aunque el resultado no peligró en ningún momento, hubo que esperar al último cuarto para que el equipo local se soltara e impusiera su lógica.

Por sacar algo positivo del partido de ayer, merece la pena destacar el buen partido de Marcelinho en la dirección, con nueve asistencias, y el refuerzo de la posición de escolta, en la que Oleson y Logan parecen instalarse, con Ribas especializándose como segundo base.

Pese al parón navideño, el Baskonia sigue incapaz de quitarse de encima la irregularidad que le persigue desde el comienzo de temporada. Entre otras cosas, al equipo le falta ese instinto asesino que otras temporadas le permitía solventar partidos como el de ayer en un arreón. Ayer, con un Oleson inspirado, los de Ivanovic dieron la impresión de poder hacerlo, con un 10-0 inicial y la sensación de que Manresa se podía dejar ir.

Nada más lejos de la realidad. Y es que, con sus muchas limitaciones y cincos de circunstancias sobre la cancha, fue Manresa el que puso todo sobre la cancha y enseguida se reenganchó al partido. Pese a los problemas para parar el juego de Slokar en el interior, los azulgranas manejaron una ventaja de nueve puntos al término del primer cuarto (20-11).

No obstante, el equipo se cayó en un parcial en el que emergió la figura de Rodrigo San Miguel, la perla que pudo aguantar al equipo manresano. Pau Ribas, que definitivamente parece asentarse como segundo base, nunca pudo con él y, a base de acierto y de imponer su mayor chispa, los de Ponsarnau se arrimaron en el marcador. Incapaz de dar fluidez a su juego y de conectar a sus interiores, el Baskonia vivió del acierto exterior de los suyos, con buenos minutos de Logan. Los triples del estadounidense y una técnica al banquillo protestada incluso por un público que empatizó con el más débil, dejó la renta al descanso en seis puntos (42-36), con la sensación de que el Baskonia pudo hacer mucho más.

A tirones

El paso por el vestuario no pudo terminar con esta irregularidad mostrada en la primera parte. De hecho, gracias a dos triples de Gladyr y Lewis, los manresanos se pusieron a sólo un punto, lo que sirvió de acicate a los azulgranas. Barac comenzó a hacer daño por dentro, lo que unido a la aportación exterior de Teletovic y Ribas volvieron a dar aire al equipo. También Logan, con ganas de reivindicarse tras los últimos rumores, colaboró en llevar la renta por encima de los diez puntos.

Sólo en el último cuarto, y con el monumental enfado que Stanko Barac se llevó tras ser excluido por cinco faltas -entiende que no goza del necesario respeto por parte arbitral- el Baskonia dio el estirón con el que llevaba tiempo amenazando pero que no terminaba de suceder. De hecho, en cuanto el equipo superó los quince puntos de renta, Ivanovic dio minutos de juego a Dejan Musli, jugador al que se le busca acomodo en algún equipo ACB, que incluso podría ser el propio Manresa, en el que seguro tendría mucho más protagonismo. Lógica sí, pero pidiendo permiso.

 

Ivanovic

«A estas alturas de campeonato, nuestro nivel de juego no es suficiente. Hemos ganado pero necesitamos otra intensidad y mucha mejor defensa».

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