Gloria LATASA gloriameteo@hotmail.com
Plumas y flores de hielo
A llegar al pequeño pueblo del Baztan la niebla lo envolvía todo, hacía frío y el suelo estaba cubierto de escarcha. A medida que comencé a ganar altura advertí que las nieblas jugaban al escondite sólo con el fondo del valle. Y, poco a poco, fui saliendo de entre las nubes y entrando en un bosque de hayas. La sorpresa del día comenzaba...
Tapizando el suelo del hayedo, esparcidas sobre las hojas, había ramas de árboles adornadas con extrañas formas blancas. Al acercarme noté que eran como plumas de un hielo brillante y muy frágil que recordaban al aspecto de las canas. Y, aún más, en algunos sitios, medio escondidas entre la hojarasca, surgían del suelo otras formas que parecían flores heladas.
Un fenómeno muy difícil de encontrar y que para su formación requiere, por una parte, humedad suficiente en el suelo y, por otra, unas condiciones atmosféricas de temperatura, viento y humedad apropiadas.
Para que estas delicadas plumas y flores aparezcan es necesario que la vegetación transpire el agua que va absorbiendo de la tierra. Una «sudoración» que aumenta cuando el aire está seco y cuando el viento no está en calma. El misterio está en que la transpiración se va produciendo poco a poco, a través de las grietas y poros de las plantas, mientras las bajas temperaturas del exterior se encargan de helarla.