El anuncio de la instalación de la Asamblea afgana elegida en los comicios legislativos del 18 de setiembre, cuyos resultados siguen siendo cuestionados, lleva al país a una crisis abierta que, según los observadores, podría prolongarse en el tiempo.

Después de haber fijado inicialmente el 23 de enero como fecha de la apertura de la nueva legislatura, el presidente afgano, Hamid Karzai, anunció el miércoles su aplazamiento al 22 de febrero, como se lo había pedido horas antes el tribunal especial encargado de investigar el grave contencioso en torno a los resultados de la votación.

La crisis, ya latente, parece calaramente abierta desde ahora: los diputados proclamados electos a finales de noviembre por la Comisión Electoral Independiente (CEI) le niegan toda legitimidad al tribunal especial constituido por Karzai y han optado por una prueba de fuerza al decidir instalar la legislatura el domingo, en la fecha prevista.

La decisión fue tomada el miércoles durante una reunión a la que asistieron la casi totalidad de los 249 diputados elegidos de la Wolesi Jirga (Cámara Baja), según un responsable de la secretaría de la Asamblea que requirió el anonimato.

«Los diputados tienen la legitimidad del pueblo, no del presidente. El Parlamento abrirá (la legislatura) el domingo y dejará al presidente decidir si quiere estar presente o no», explicó a AFP Fawzia Kufi, una influyente diputada.

La ausencia del jefe del Estado no socavará la legitimidad de la Asamblea, aseguró Kufi, aunque la Constitución afgana cita entre los poderes del jefe de Estado el de convocar la nueva Asamblea.

Enfrentamiento abierto

En lo sucesivo las dos partes se enfrentarán abiertamente. Por un lado, la CEI, sostenida por los diputados proclamados electos, y por otro, el presidente y «su» tribunal especial, respaldado por los candidatos derrotados, entre los que hay influyentes pastunes -etnia a la que pertenecen Karzai y los insurgentes talibales-.

Y los observadores advierten que la crisis corre peligro de durar.

Si el tribunal decide «algunos cambios en la lista de electos para calmar a los (candidatos) defraudados, los más peligrosos y los más ruidosos», es poco probable que los proclamados electos por la CEI lo acepten, escribrió en su web Afghanistan Analysts Network (AAN), una red de expertos internacionales con sede en Kabul.

El AAN no excluye una anulación total de las elecciones por el tribunal especial, a la vista los enormes fraudes que llevaron a la CEI a anular una cuarta parte de los votos.