Tras pasar por la Audiencia Nacional, el vecino de Karrantza Jordi Grau ingresó ayer en la prisión de Soto del Real a órdenes del magistrado Fernando Andreu. Grau ha permanecido tres días incomunicado, aunque según informaban ayer desde el movimiento pro amnistía el trato recibido durante esos días «ha sido correcto».

Jordi Grau, de 32 años, fue arrestado el miércoles por la Ertzaintza por su supuesta participación en un sabotaje contra una entidad bancaria en Artzentales en 2006. Además de su vivienda, los agentes también registraron durante alrededor de 11 horas otra vivienda del valle y el bar donde trabajaba el joven. El del vecino de Karratza se suma a la lista de arrestos practicados por la Ertzaintza basándose en pruebas de ADN que confirmarían la imputación.

El movimiento pro amnistía recuerda que se están produciendo detenciones «cada semana, bajo la excusa del ADN y en relación a hechos ocurridos hace años». Como ejemplo señalan que hace una semana fue arrestado y enviado a prisión el joven andoaindarra Urtzi Azpiroz acusado de haber participado en un acto de kale borroka y que según la Ertzaintza existen pruebas de ADN que lo corroboran. Aun así, este movimiento ve «razones políticas» detrás de estas detenciones y cree que así se demuestra que «la Ertzaintza está trabajando en la lógica de la estrategia represiva».

El consejero de Interior, Rodolfo Ares, por su parte, afirmó que esta última detención es «una prueba clara» de que van a seguir con las detenciones. El miércoles aseguraba, además, que «el buen trabajo profesional y la eficacia de la Ertzaintza permiten esclarecer todos estos actos».