Un estudio revela que el 42% de la población no conoce el santuario de Arantzazu
Oihane LARRETXEA | DONOSTIA
A pesar de que sea considerado como uno de los lugares más emblemáticos de la cultura vasca, el 42% de la población asegura que no conoce el santuario de Arantzazu, según revela un estudio realizado por Gizaker, que fue encargado por la asociación Arantzazuko Adiskideak con el objetivo de conocer los obstáculos y oportunidades del santuario ubicado en Oñati.
Según adelantó ayer en Donostia el franciscano Iñaki Beristain, caben destacar dos ideas. La primera tiene que ver con el desconocimiento de su novedad, ya que sólo el 22% de los encuestados -habitantes de Gipuzkoa, Bizkaia, Araba e Iruñea- sabe que Arantzazu se ha renovado en los últimos diez años. En segundo lugar, la cifra de quienes conocen Arantzazu, pues el 42% asegura no haber ido nunca. En contrapartida, los que sí lo conocen, valoran con un «notable alto» la visita al lugar -un 8'11 sobre 10-.
Con estas dos conclusiones generales, Beristain subrayó la necesidad de incidir en la comunicación y fue en este contexto donde apeló a la colaboración de las instituciones ya que, «inexplicablemente, el santuario de Arantzazu no se encuentra en el circuito insitucional prioritario».
Ligado a lo religioso
Otro de los escollos a superar, es que Arantzazu es conocido como destino histórico-religioso. En el caso de Gipuzkoa, más del 40% lo ve así. «Esta imagen -agregó el franciscano-, limita la diversidad de su realidad actual, que está complementada con la gastronomía, la naturaleza o el arte». Cabe recordar que el lugar alberga obras de Jorge Oteiza, Eduardo Chillida y Francisco Javier Sáenz de Oiza, además de las colaboraciones de Néstor Basterretxea o Xavier Álvarez de Eulate. Para concluir con la actividad, llama la atención que el 70% desconozca la orden religiosa que cuida del Santuario. «¡Y eso que llevamos quinientos años haciéndolo!», lamentó Beristain.
La «lejanía inconsciente» con la que se ve el santuario también dificulta el acercamiento de visitantes, a pesar de que los encuestados afirman estar dispuestos a desplazarse «dos horas» en vehículo. Sin embargo, los datos muestran que la visita se plantea en términos de un número elevado de horas.