IBILIZ IBILI | Juan Mari Feliú
Erremendia: caminando por las orillas del río Arga
Esta voluminosa montaña de 1.075 m. destaca en el extremo sur del perfil de montañas que encierra Iruñerria, la amplia cuenca de Pamplona. Juntamente con las vecinas cumbres de Ollakaritzketa y Txarakardia constituye la principal altura que encierra la orilla derecha del río Arga con la sierra de Ipasate, situada en la orilla contraria. Es en este lugar donde el principal río que atraviesa Iruñerria abandona la cuenca por su parte más baja, después de que pacientemente sus aguas abrieran un estrecho corredor entre las citadas sierras.
En este lugar donde se encuentra encajonado el valle de Etxauri, protegido de los vientos norteños por sus farallones rocosos, queda encaramado en un altozano en plena entrada de este paso el pueblo de Belaskoain o Beraskoain. En lo más alto se encuentra solitaria la iglesia de La Asunción, un edificio románico tardío, construido en el siglo XIII, ampliado en el siglo XVI. Para acceder a este pueblo situado en las faldas de la sierra de Ipasate hay que cruzar un recio puente de piedra de cinco arcos de medio punto, edificado en el siglo XVIII tras la catastrófica riada de 1787 que destruyó el antiguo puente con más de 500 años de servicio. Belaskoain debe su fama al importante acuífero de aguas termominerales y su balneario muy frecuentado en los siglos XVIII y XIX, abandonado más tarde y actualmente en vías de rehabilitación.
Una vez situados junto el puente de acceso a Belaskoain, donde veremos un panel informativo del GR 220 (Vuelta de la Cuenca de Pamplona), el itinerario arranca por una amplia pista de grava que abandonaremos por otra de menor identidad. Poco después, a la altura de una zona rocosa, dejamos el camino para subir por senda guiados por las señales del GR y algunos mojones de piedras hasta alcanzar un rellano, en plena ladera del monte Ollakarizketa donde se asienta abandonadas fincas invadidas por encinas, carrascas y otras especies arbustivas de tipo mediterráneo. Tras pasar junto unas colmenas, una cabaña circular de piedra y una estela discoidal conmemorativa alcanzaremos una pista de tierra, proveniente del pueblo de Bidaurre. Aquí hemos de girar a la izquierda para continuar por terreno más suave, donde pronto pasaremos de la encina al estadio del roble. Llama la atención el rojizo farallón intermedio que recorta la ladera norteña de Esparatz.
En una amplia curva hemos de prestar atención para tomar una senda a la derecha que evita varias revueltas hasta situarnos antes un portillo de hierro y poco más arriba al amplio collado de Ollakarizketa (1h15 h.), abierto entre las cumbres de Esparatz y Ollakarizketa. Aquí, ante un poste direccional de senderos, estaremos en un cruce de caminos y pistas provenientes del alto del puerto de Etxauri y Salinas de Oro, pueblo de apretado caserío que veremos al fondo del amplio diapiro y la Peña Pequeña en primer término y tras ella la Peña Grande. A la izquierda queda altiva la cumbre de Esparatz, lugar al que hemos de ir por senda por una loma herbosa hasta un claro portillo rocoso para continuar junto una alambrada. Tras bordear la cota (989 m.) el resto del recorrido hasta la cumbre se convierte en un suave paseo.
La cumbre de Esparatz (1.025 m.), es amplia y rocosa de un compacto conglomerado donde descansan un vértice geodésico lo que significa que estamos ante una cumbre estratégica para poder disfrutar de una buena panorámica. En primer lugar Esparatz ofrece en toda su amplitud las tierras de Iruñerria. En círculo veremos cercanas las sierras de Alaitz, la Valdorba, Sarbil, Andia y Urbasa, la tierras del interior de Lizarraldea con sus montaraces valles de Ameskoa y Iherri, y en el horizonte occidental las sierras de Lokiz, Kodes y Toloño hasta la cordillera Ibérica en contraste con el erizado perfil de los Pirineos occidentales en el extremo oriental. El regreso lo realizaremos por el itinerario de subida.