Athletic y Osasuna caminan con distinto paso
Cuestión de aprovechar el impulso
Los vizcainos encadenan su cuarto triunfo consecutivo, mientras que los rojillos no sacan partido del estímulo de ganar al Real Madrid.
A.U.L.
No es que atraviese su mejor momento de la temporada, que ya sería bastante satisfactorio; es que hay que remontarse mucho tiempo atrás para encontrar un Athletic comparable al actual. Y no es una cuestión exclusiva de resultados, aunque a fin de cuentas sean los que van a determinar dónde se encontrarán los rojiblancos el próximo 22 de mayo.
Muy arriba, si todo sigue más o menos como hasta ahora. Porque a los rojiblancos les ha costado una vuelta entera alcanzar posiciones europeas pero, desde que lo han hecho, no hay quien les frene. Hasta se han puesto a batir marcas. La de las cuatro victorias consecutivas, que no se lograba desde la temporada del centenario, caía este pasado sábado frente al Sporting. Y ese triunfo, además, permite al equipo alcanzar su mejor puntuación a estas alturas del campeonato desde que los triunfos valen tres puntos. Por no decir que una quinta victoria consecutiva igualaría una marca en vigor desde hace 26 años. Con Javier Clemente en el banquillo, aquel Athletic se impuso sin interrupción a Osasuna, Betis, Murcia, Real y Valencia.
Lo bueno es que el magnífico momento de los vizcainos ha coincidido con una epidemia de pinchazos entre el resto de candidatos a Europa. Como sucediera la semana pasada, ninguno de sus perseguidores más cercanos -a excepción, esta vez, del Getafe- ha ganado; y tampoco lo han hecho quienes le precedían en la tabla, menos el Valencia. Como consecuencia, el Athletic encarará el próximo tramo del campeonato en la quinta plaza, con siete puntos de colchón sobre el séptimo puesto.
Lo mejor es que la ola a la que se ha subido la escuadra bilbaina en estos primeros compases de 2011 no se mide exclusivamente en números. El juego también mejora de semana en semana, lo que ha metido al equipo en la mejor de las espirales: los buenos resultados dan confianza al grupo y el convencimiento ayuda a sumar más puntos. El crecimiento, además, está resultando especialmente destacado en algunos jugadores. Iker Muniain, merecidamente, acapara titulares estas últimas semanas, pero la continuidad también se está dejando notar en la figura de David López o Borja Ekiza. En otros casos, como los de Javi Martínez o Gaizka Toquero, es la recuperación física lo que se está dejando notar estas últimas semanas. Aunque, como reconocía el sábado Joaquín Caparrós, el buen tono de su equipo no sólo se explica por el trabajo que hacen diariamente los jugadores en Lezama, sino también por su estado emocional. Otra espiral a la que los rojiblancos esperan no poner fin.
Lo cierto es que la prueba del algodón puede llegar en breve. En poco menos de mes y medio, el Athletic se enfrentará a Mallorca, Barcelona, Valencia, Sevilla, Getafe y Villarreal. Rivales de entidad ante los que no sólo habrá que ver si el equipo es capaz de confirmar la trayectoria que viene marcando, sino también si el grado de madurez que parece haber alcanzado su juego se ha trasladado a una personalidad capaz de asimilar eventuales tropiezos sin condenarse a cambiar de racha.
Distinta onda
No está en la misma onda Osasuna. Parecía que el sorpresivo y meritorio triunfo que cosechó frente al Real Madrid, con el que hizo temblar los pilares de la Liga, podía ser un punto de inflexión tras una trayectoria de ocho jornadas consecutivas sin obtener la victoria, pero los rojillos siguen empeñados en complicarse la vida de mala manera. Tuvieron la oportunidad de encadenar su segundo triple consecutivo, pero lo desaprovecharon con la visita de un Mallorca que no fue nada del otro mundo, pero al que la falta de tensión de los de Camacho hizo parecer un grande.
Como su bagaje lejos de El Sadar, Osasuna no engarza dos victorias seguidas desde hace todo un año. Una vuelta al calendario que lastra a la formación navarra hasta el punto de que, tal y como van las cosas, todo apunta a que la afición rojilla va a tener que visitar al cardiólogo conforme se acerque el mes de mayo.
Y es que la escuadra navarra es la más masoquista de la categoría. No se entiende de otra manera que sus futbolistas rindan al mejor nivel, excepción hecha de la visita de los grandes a El Sadar, cuando más complicada es la situación clasificatoria. No es una dinámica precisamente de la presente tempo- rada, sino algo que se viene repitiendo de unos años a esta parte, siempre al filo de la navaja y saliendo momentáneamente airosos.
Cuál será la cara de la moneda que ofrecerá el equipo en el derbi de Anoeta es la eterna incógnita que los incondicionales rojillos se van a plantear a lo largo de esta semana. Si sigue con la tradición, la Real puede estar tranquila. Pero algún día se romperá esa maldición.