No hay que darle vueltas al estadio de Anoeta
Joseba ITURRIA
Al margen del tema Rivas, la semana ha estado marcada por el planteamiento de cambiar la orientación del césped de Anoeta en el empeño del Consejo de lograr que derrumben buena parte de uno de los estadios más modernos de la Liga y las instituciones le construyan un nuevo campo. La novedad demuestra lo débil de la opción de sustituir el estadio por un campo. Hace nada se trabajaba por un planteamiento y ahora se cambia por otro. El actual Anoeta no es un problema para la Real, ha sido una solución que la ha fortalecido económica, social y deportivamente. Le ha permitido, si no hace locuras con fichajes, no ser un equipo vendedor y poder mantener a sus mejores jugadores y el equipo es fuerte en el estadio. Implicarse en un campo debilitaría al club. Se pone el ejemplo del Espanyol, con su paso de Montjuic a Cornellá, y la pasada semana tuvo que vender a dos de sus mejores canteranos para pagar el campo y desde entonces ha perdido sus dos partidos. El mayor argumento para hacer algo ahora es implicar a Lakua, para compensar el dineral que pone para el nuevo San Mamés, pero es más ético pedirle dinero para Zubieta. Allí la Real quiere sustituir la L por dos campos de hierba artificial y necesita entidades que financien la Fundación que debe asumir los costes del fútbol base. Se podía pedir a Lakua una cantidad anual importante a esa Fundación, porque sus fines son mucho más públicos que los que se han querido buscar en San Mamés para justificar lo injustificable.