Triunfo en Las Gaunas
Doble recompensa para la remontada albiazul
Los goles de Jito y Óscar Martínez en la segunda parte permiten al Alavés celebrar su segundo triunfo consecutivo. La ventaja respecto al Eibar aumenta.
LOGROÑÉS 1
ALAVÉS 2
GARA | LOGROÑO
A nadie le gusta sufrir, pero cuando las victorias se consiguen con remontada suelen saber mejor. Sobre todo si, como sucede en el caso del Alavés, se convierte en la segunda consecutiva y llega con una segunda recompensa añadida: el tropiezo del Eibar, su más inmediato perseguidor, al que vuelve a distanciar en cinco puntos.
Pero no fue fácil para los gasteiztarras arrebatar los tres puntos a un Logroñés que generó más ocasiones en la primera hora de partido. Sin embargo, los cambios dieron mayor profundidad al equipo de Tomé, que acabó haciéndose con el triunfo en la recta final.
Los dos conjuntos saltaron al campo con mucha presión en la parcela ancha y a la salida del balón. Aún así, el equipo local se mostró superior en el robo de balón y en llegadas a puerta. La defensa alavesista se vio algo nerviosa en los primeros minutos y eso lo aprovechó su anfitrión para enlazar un par de acciones iniciales de peligro. Incluyendo la del gol. En el minuto doce, Morcillo agarraba a Souto en el área y Cervero transformaba el penalti en el 1-0.
No reaccionó el Alavés, aunque a partir de ese momento el Logroñés cedió algo de terreno. Aún así, seguía siendo el que creaba más peligro. La única llegada de los albiazules, de hecho, se hizo esperar hasta el minuto 43, con un contragolpe que culminó Calderón, pero al que le faltó fuelle al borde del área, con lo que su disparo, flojo, lo atajó Rubio sin excesivos problemas.
Tras el descanso, el Alavés se fue en busca del empate, que pudo lograr Geni de inmediato con un remate en el área pequeña. El Logroñés intentaba sacudirse la presión, pero la línea defensiva gasteiztarra, muy adelantada, le hacía caer una y otra vez en el fuera de juego. Lo que evitó, entre otras cosas, que un gol de Del Moral subiese al marcador. Pero tampoco entonces faltaron las ocasiones locales, que acabaron a la hora de partido con un disparo de Souto que se marchó fuera.
A partir de ahí, el cuadro riojano comenzó a acusar el cansancio, a dar por bueno el marcador y a perder contundencia en defensa. Lo aprovechó el Alavés, que sacó partido de los cambios y fue acercándose al área cada vez con más peligro. Y con acierto, porque en el 76 anotaba el gol del empate: centro-chut de Calderón que bordea al área, toca Óscar Martínez, no bloca Rubio y el balón queda a los pies de Jito para que marque en boca de gol.
En una recta final llena de nervios y emoción, Óscar Martínez rubricó la remontada con un disparo lejano que Rubio, adelantado, no pudo parar.
LOGROÑÉS - ALAVÉS
Óscar Martínez
Ya desde el primer tiempo fue el jugador más peleón y el que más peligro creó para el Alavés. En la segunda parte obtuvo su premio, con el gol de la victoria.
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