PRESENTACIÓN DEL GRUPO INTERNACIONAL DE CONTACTO
El Grupo Internacional de Contacto fija como prioridad la legalización de Sortu
Los facilitadores indican en Bilbo que trabajarán también para «animar a generar medidas de confianza», entre las que citan «revisar el funcionamiento de la ley antiterrorista» y «adaptar la política penitenciaria». Añaden que en este momento no tienen ninguna petición más para ETA
Nerea GOTI | BILBO
Tres de los cinco integrantes del Grupo Internacional de Contacto (GIC) que se encuentran estos días en Euskal Herria, Pierre Hazan, Nuala O'Loan y Raymond Kendall -Silvia Casale y Alberto Spektorowski faltan por problemas de agenda- comparecieron ayer junto al abogado sudafricano Brian Currin ante los medios de comunicación en un hotel de la capital vizcaina. Allí dieron a conocer los ejes sobre los que girará su trabajo en los próximos meses.
En una rueda de prensa plagada de medios de comunicación, en la que los flashes de las cámaras competían para captar cada gesto de los interlocutores del GIC, explicaron que su tarea consiste en «asistir en el logro de la paz y la normalización política en el País Vasco».
«No estamos aquí para decirle a la gente lo que tiene que hacer, sólo queremos enriquecer el diálogo en la sociedad vasca», señaló como resumen la baronesa Nuala O'Loan, quien fuera Defensora del Pueblo del Norte de Irlanda en materia policial y actual embajadora de Irlanda para la resolución de conflictos. Fue ella quien dio lectura al comunicado de prensa.
O'Loan explicó que, en la primera reunión mantenida el lunes a su llegada a Bilbo, las reflexiones de los integrantes del GIC giraron en torno al recuerdo de «todo lo que hemos aprendido sobre las víctimas, supervivientes, el sufrimiento y el dolor aquí en el País Vasco». A partir de ahí, avanzó la disposición del grupo de contacto para trabajar ya en dos ámbitos: «Promover, facilitar y hacer posible la legalización de Sortu» y «animar a generar medidas de confianza».
Entre éstas últimas, el GIC cita expresamente la necesidad de «revisar el funcionamiento de la ley antiterrorista en la nueva realidad política», así como «adaptar la política penitenciaria a la nueva y transformada situación política, normalizando las medidas penitenciarias, que incluirían el traslado de personas presas más cerca de sus familias y la libertad de las gravemente enfermas».
Transparencia e inclusión
Cerrado el capítulo dedicado a las tareas que se han fijado para los próximos meses, el GIC enumeró dos cuestiones en la que los seis expertos están también dispuestos a intervenir «si así se nos requiere». «Estaríamos dispuestos a animar y a asistir a los partidos en el desarrollo de una agenda para el diálogo político y asistir en las conversaciones y negociaciones sin condiciones y sin un resultado predeterminado, de acuerdo a los principios Mitchell, para conseguir un acuerdo de paz inclusivo», anunciaron. Y se mostraron, asimismo, dispuestos a «facilitar la mediación en situaciones de bloqueo».
Los miembros del GIC subrayaron que su aportación al escenario político vasco tiene como telón de fondo «una situación de transparencia e inclusión política, que esté basada en los medios exclusivamente democráticos» y que se lleve a cabo «en total ausencia de violencia o amenaza de su uso de cualquier procedencia».
Nuala O'Loan insistió, de hecho, en que «la experiencia que hemos recabado en todo el mundo nos ha enseñado que la no-violencia es un punto crucial para la consecución y desarrollo de cualquier proceso de paz».
Cerró la intervención apuntando que el GIC entiende que «un proceso de verificación y monitorización es necesario», si bien precisó que están considerando aún «qué tipo de proceso puede resultar de ayuda y quién debe conducirlo». Tras la declaración de alto el fuego permanente, general y verificable por parte de ETA, Alfredo Pérez Rubalcaba defendió que esa verificación debía ser realizada exclusivamente por las FSE.
Antes de la lectura del comunicado, Brian Currin hizo una apreciación en torno a una información aparecida en el diario español ``La Razón'' sobre la supuesta retirada de apoyo a la Declaración de Bruselas por parte de dos de los firmantes de la misma (no es la primera vez que surgen tales intoxicaciones). «No hay un solo ápice de verdad en esa información», indicó el abogado sudafricano, quien invitó a los medios de comunicación a contactar directamente con las personas aludidas y preguntarles al respecto.
«Ninguna petición para ETA»
Llegado el turno de las preguntas de los periodistas, la primera cuestión dirigida al GIC fue si este grupo se va a encargar de la verificación del alto el fuego, a lo que Currin respondió que «será muy improbable».
A la ex Defensora del Pueblo en el Norte de Irlanda se le pidió su opinión en torno a la negativa pública del Gobierno español a aceptar la mediación internacional. «No somos mediadores», respondió tajante O'Loan, que precisó su papel una vez más: «Nosotros ofrecemos nuestra ayuda para poder seguir adelante dentro de este proceso de paz en el País Vasco».
También en respuesta a las preguntas de los medios, los integrantes del GIC indicaron que «en estos momentos» no tienen «ninguna petición para ETA» y aseguraron que no han mantenido ningún contacto con la organización armada. Así cerraron un turno de preguntas que previamente habían limitado a un par de interrogantes.
No obstante, Brian Currin había anunciado previamente que las próximas reuniones que mantendrá el GIC se producirán a lo largo del mes de marzo y comunicó la puesta en marcha de una página web (www.icgbasque.org), en la que este grupo de expertos internacionales pondrá a disposición de la opinión pública «cualquier documento que elaboremos».
El PSE recela, el PP insulta
Públicamente, ni el Gobierno de Lakua ni el PP se muestran dispuestos a reunirse con el GIC o a seguir sus consejos. Pero lo hicieron en tono muy diferente: mientras Idoia Mendia deseó que «tengan suerte», Antonio Basagoiti les invitó a «irse a cazar mariposas o a coleccionar insectos».
En la rueda de prensa semanal del Gobierno de Lakua, la portavoz Mendia fue preguntada sobre si se reunirían con los facilitadores internacionales, y respondió que no porque «no aportan ningún valor añadido». Precisó que Patxi López «ni ha pedido ni considera necesarios sus servicios».
«Los partidos y las instituciones vascas son suficientemente maduros para decidir por sí mismos el futuro de este país por medio del diálogo y de los acuerdos necesarios», añadió. En cualquier caso, quiso reflejar también que «si han venido para buscar el final de ETA, el Gobierno les desea mucha suerte».
Basagoiti, máximo representante del PP en Euskal Herria, optó por los exabruptos. Calificó a los miembros del grupo internacional, en el que hay hasta un ex secretario general de Interpol, de «incautos y aprovechados». Y cargó sobre todo contra su coordinador, Brian Currin, a quien llamó «negociador profesional y mercenario de los procesos».
Reclamó que este grupo tiene que «dejar de molestar» y le aconsejó que «si se aburren, busquen un conflicto verdadero, donde haya habido guerra y víctimas de dos partes».
La manifestación convocada en Bilbo el sábado contra la ilegalización contará también con la presencia del sindicato ELA. Lo confirmó en una nota hecha pública ayer en la que pide al Gobierno español que «actúe con responsabilidad y facilite la participación política en condiciones de igualdad de un espacio político que tiene derecho a concurrir legítimamente a la contienda electoral», todo ello después de la inscripción del nuevo partido Sortu en el Ministerio del Interior.
Desde el ámbito político ya han expresado su apoyo la izquierda abertzale y EA, a los que se unieron ayer Alternatiba y Aralar. El partido de Oskar Matute lamenta que hay «formaciones e instituciones que temen el nuevo tiempo político en el que la violencia de ETA quede aparcada de forma definitiva» e invita a estar en las calles de Bilbo para demostrar la «voluntad mayoritaria de la sociedad de transitar por un camino donde la violencia no exista y donde todas las opciones políticas tengan cabida».
En cuanto a Aralar, pide la legalización «con más fuerza que nunca, por tratarse de un paso fundamental para la pacificación y normalización y para aprovechar la apuesta exclusiva y valiente de Sortu».