CRíTICA cine
«Sed de venganza»
Mikel INSAUSTI
Una de las maneras de entender el cine de acción de los 70 es a través de los coches deportivos de la época, algo que Tarantino sabe asociar mejor que nadie, tal como lo ha demostrado en su genuina pieza de serie B “Death Proof”. Por experiencia propia, otro que lo plasma sublimemente es Clint Eastwood en “Gran Torino”. Y, lo sorprendente, es que George Tillman Jr. no se queda atrás al homenajear con convicción al clásico setentero de Walter Hill “Driver”. La relación es tan directa que ha titulado originalmente a su thriller sobre ruedas “Faster”, a la vez que el protagonista responde al apodo de El Conductor. El resto de los personajes sigue el mismo tipo de nomenclatura, como si se tratara de Sergio Leone y “El bueno, el feo y el malo”, referencia presente a cuenta de los politonos utilizados en los teléfonos móviles con la archiconocida partitura de Ennio Morricone. No terminan ahí las conexiones musicales, pues el tema que introduce al protagonista es el que compusieron para la película de Enzo G. Castellari “El ciudadano se rebela” (1974) los hermanos Guido y Maurizio De Angelis.
Otros hermanos que figuran en un lugar preferente de los créditos de “Faster” son los guionistas Tony y Joe Gayton, que han escrito una película de género sin complejos, recreándose en los diálogos, algunos de los cuales incluyen citas bíblicas. El cineasta afroamericano George Tillman Jr. incide en la reflexión sobre el Bien y el Mal asociada a la violencia, toda vez que la tensión dramática del relato se deriva del debate interno entre la venganza y el perdón, asumido en primera persona por un Dwayne Johnson que tiene en su lista de victimas a un delincuente arrepentido que se ha convertido en predicador evangelista. El duelo entre el poder de los sermones y el de las balas se extiende a otras situaciones, mediante una realización vibrante que combina acciones paralelas y saltos atrás en el tiempo dotando de complejidad narrativa a una historia mucho menos simple de lo que aparenta.
