Victoria Mendoza Psicoterapeuta
Madurez política... ¿dónde y cuándo?
Tener el valor, la inteligencia y la valentía necesaria para sentarse a dialogar con quien haga falta, ceder de forma justa e inteligente, comprometerse por el bien del pueblo vascoLas últimas declaraciones de la portavoz de Lakua al comentar que «no se han pedido los servicios del Grupo Internacional», que el Ejecutivo de Patxi López no aceptará reunirse con el grupo y que... los partidos políticos son lo «suficientemente maduros para decidir el futuro del país por medio del diálogo y los acuerdos necesarios» nos permiten ver claramente situaciones y actitudes que en nada pueden beneficiar un verdadero diálogo y nos hacen temer que nos podemos tropezar con las mismas piedras en el camino. Lo que nos puede dejar a todos aun más dañados y lastimados por toda la ilusión y expectativas que muchos hemos puesto los últimos días.
Si realmente existe esa madurez para el diálogo y los acuerdos necesarios, es el momento de demostrarlo. No de esos acuerdos y alianzas partidistas para conservar el poder, ni de arrebatar o robar votos ciudadanos ni de manipular situaciones, sino de tener el valor, la inteligencia y la valentía necesaria para sentarse a dialogar con quien haga falta. De tener que ceder de forma justa e inteligente, de tener que comprometerse por el bien de todas las partes de un todo, siendo ese todo el pueblo vasco.
Y en la última frase de «... desear a los integrantes del GIC éxito para conseguir el final de ETA...», debo reconocer mi decepción ciudadana, ya que en muchas ocasiones he querido creer que todos los políticos podían subirse al mismo barco en cuanto a hacer eco y retomar el deseo de todos y todas para poner todos los medios a nuestro alcance en conseguir un diálogo coherente y generoso.
Un dialogo maduro y justo en el que pudieran estar los intereses de todas las partes, en el que se pudiera hablar, ceder, acordar y comprometerse para conseguir esa paz que todos demandamos desde hace mucho y de la que todos sin excepción somos merecedores.
Y con todas estas declaraciones, yo que presumo de no saber nada de política y con los pocos recursos intelectuales y políticos que puedo llegar a tener, me pregunto: ¿hacia dónde nos quieren llevar los políticos? ¿Qué tipo de apoyo o de votos ciudadanos desean? ¿Cómo nos van a convencer de que les interesamos, que tanto podemos confiar en quienes dicen representarnos? ¿Cómo fiarnos de que cada uno de sus actos políticos está encaminado al bien de la ciudadanía vasca? ¿Cómo recuperar la confianza perdida? ¿Cómo pueden demostrarnos que quienes están en el poder son personas inteligentes, responsables y justas, que saben defender a la perfección el derecho que todos tenemos de vivir en paz? ¿Qué garantías tenemos y se les da a nuestros hijos de que vivirán libres de conflictos políticos mal encaminados y encausados? Y ¿cómo nos van a demostrar que por fin todos los políticos han sabido sentarse a dialogar y han podido llegar a acuerdos y compromisos que todos estamos esperando?
En fin, entre suspiros de incredulidad, espero no tardar muchos años para tener contestación a todas estas preguntas.