Raimundo Fitero
Por responsabilidad
Por responsabilidad es el latiguillo de moda. La excusa, la coartada, el punto de apoyo para decir, hacer o desmontar cualquier idea, proyecto, avance. Los políticos son los que más caminan con esta muletilla, pero como desde la televisión y otros medios de comunicación se propagan estos virus, ya llega a cualquier ámbito de la actividad social, económica o artística que tenga una amplificación mediática empírica. Por responsabilidad se toman decisiones como absolver a un ciclista de un supuesto caso de dopaje, se suspende la programación de un concierto, se viste con ropa de marca, se monta en globo o no se habla de trajes, corbatas o contrataciones sospechosas.
Así que por responsabilidad vamos a recordad a Santi Santamaría, un cocinero ilustrado, alguien que además de atender a sus negocios gastronómicos de primera línea, escribía libros, no solamente de recetas, lo que generó polémica, ya que denunció actitudes, prácticas en los fogones más promocionados que alguna vez, alguien, por responsabilidad, nos lo explicará mejor, ya que la química como sustituto de las materias primas de primera calidad puede tener buenos resultados estéticos, hasta apoyos universales de las multinacionales de la química alimenticia por lo que tiene de irrupción de los elementos estigmatizados muy utilizados en las cadenas de comida rápida o basura, en los manteles de lino y las facturas de platino.
Digamos que esta inesperada desaparición se convirtió en una noticia troncal de un día anodino en la que junto a esta triste ausencia de un gran hombre renacentista que fue alabado por todos los grandes chefs. Pero de repente se vuelve a esas prácticas de confundir un informe parcial de un grupo de policías o guardias civiles con una sentencia, y, al parecer por una responsabilidad que nadie entiende, dan por hecho, probado y juzgado todo lo referente a Sortu, ignorando, claro está por responsabilidad, todo lo que sucede en paralelo en otros ámbitos. Por responsabilidad democrática, por ejemplo, se debería apartar a Juan Ramón Lucas de las mañanas de la radio pública estatal. Que pagamos todos, y a un precio que en el mercado libre no le darían.