Ni siquiera está acabado pero, aun así, genera mucha expectación. Esta tarde, a las 19.30, se podrán ver imágenes en el Palacio del Condestable del documental sobre Iñaki Otxoa de Olza en el que llevan más de un año trabajando las productoras Arena y Txalapart. Probablemente sea uno de los proyectos cinematográficos más importantes en cuanto a magnitud que se llevan a cabo ahora mismo en Euskal Herria y que ha implicado un rodaje por una decena de países.

El largometraje «Pura vida» no llegará a la gran pantalla hasta después del verano. En este documental se narra la vida del montañero Iñaki Otxoa de Olza y también su trágica muerte, en una sima del Annapurna. El accidente que sufrió el navarro durante la expedición a una de las cumbres más complicadas del planeta desató una operación de rescate en la que participaron himalayistas de más de diez países. Algunos de ellos se encuentran entre los mejores del mundo, como Alexei Bolotov, Ueli Steck o Denis Urubko. Finalmente, el rescate se tornó imposible y el cuerpo de Iñaki Otxoa de Olza quedó allá, a unos 7.400 metros de altitud.

El documental cuenta con imágenes del rescate entregadas por los propios protagonistas. Las últimas cintas en llegar, según comenta el codirector, Migeltxo Molina, son las del Don Bowie. «Ahora nos estamos replanteando el montaje, porque las imágenes de Bowie son muy buenas para explicar cómo fue toda la operación. Hay una toma en la que se ve a alpinistas escalando, y la cámara echa el zoom para atrás y el Annapurna crece más y más. Parece que nunca se acaba», dice Molina.

«Del Himalaya sólo nos llegan polémicas, historias de que un montañero no ha acudido al rescate de otro, porque para él lo importante era hacer cima. Nada se oye de la solidaridad entre estos hombres, que es real y es lo que trata de reflejar esta película», afirma el codirector.

El rodaje de «Pura vida» ya se ha cerrado y el proyecto está en fase de montaje. Tienen en sus manos unas 120 horas de vídeo que deben concentrar en 90 minutos. A las imágenes de Otxoa de Olza y las que han conseguido del rescate, el equipo ha querido añadir otras nuevas, para descubrir quiénes son las personas que participaron en la complicada operación para salvar al montañero navarro.

Así, el equipo de «Pura vida» viajó hasta Rumanía para encontrarse a Holia Colibasanu en su ambiente, es decir, trabajando como dentista. Colibasanu, que compartió cordada con Otxoa de Olza en las tres últimas ascensiones, fue quien se quedó los cuatro días sin despegarse del herido. También viajaron a Rusia, donde Bolotov se gana la vida en una fábrica de metales, o hasta Canadá para buscar a Bowie, etcétera.

«Hemos tenido una gran labor de producción, a cargo de Marta e Itziar, que nos facilitaron mucho las cosas. El rodaje ha sido duro. Se realizó en invierno y, en ocasiones, rodábamos a 16 grados bajo cero», recuerda Molina.

La ONG y el proyecto inacabado

El documental toma el nombre de una expresión frecuente en la boca de Otxoa de Olza: «Pura vida». Los responsables de la película han tratado de sacar una lectura positiva de la tragedia de su muerte. «Era muy enérgica. Defendía la necesidad de perseguir los sueños de cada uno, como él hizo con las montañas».

Otxoa de Olza tenía una vitalidad terrible. De haber regresado del Annapurna, tenía pensado salir desde Euskal Herria (corriendo o en bici, eso no lo había decidido) para el Himalaya y coronar el Kachenjunga. Los fondos de esta gesta iban a ser destinados en el proyecto humanitario del montañero navarro en Nepal, la ONG SOS Himalaya, un proyecto que también se quiere relanzar a través de esta película.