Más de 100.000 manifestantes, según la Policía, reclamaron ayer la renuncia del Gobierno de transición de Mohammed Ghannouchi, en la plaza de la Kasbah, epicentro de la revuelta. El lugar, en el corazón de la ciudad de Túnez, fue sobrevolado por helicópteros del Ejército mientras duró la protesta, informó AFP.

Según miembros del Creciente Rojo y manifestantes, se trataba «de la mayor manifestación desde la caída de Ben Ali» el 14 de enero.

Respondiendo a la convocatoria realizada en Facebook y aprovechando que ayer era festivo, los tunecinos salieron a la calle para impedir que «nos roben la revolución que echó a Ben Ali».

Cientos de jóvenes manifestantes incendiaron la sede del Ministerio de Turismo tras la disolución del acto, según Efe.