Dos meses después de volver a saltar al césped, Euskal Herria ya tiene otra cita a la vista. La Federación confirmó ayer que la selección visitará a Estonia en Tallin el próximo 25 de mayo, apenas tres días después de que concluya la Liga en Primera.

El combinado vasco volverá así a hacer las maletas cuatro años después de visitar a Venezuela, a la que se impuso por 3-4 en 2007. La experiencia resultó muy satisfactoria, tanto en el plano deportivo como en el reivindicativo, y también lo son las primeras impresiones respecto a esta nueva cita. A la espera de que los responsables federativos ofrezcan más detalles al respecto, algunos jugadores ya han mostrado su satisfacción por la posibilidad de volver a defender la camiseta tricolor. Es el caso de Gorka Iraizoz, que ayer recalcaba que «para nosotros es importante jugar el máximo de partidos. Jugar con nuestra selección, disfrutar de esos partidos, es importante para nosotros». También lo es el hecho de atravesar fronteras. «Es importante para darnos a conocer -aseguró el guardameta del Athletic-, que la gente conozca nuestras inquietudes y poder disfrutar de partidos ante otras selecciones».

En este caso la de Estonia -a la que Euskal Herria ya se enfrentó, con victoria (3-0), en San Mamés en 1996-, con la que habrá que valorar más la oportunidad de disputar el choque que la entidad del equipo en sí. De vuelta al panorama internacional desde la desintegración de la Unión Soviética en 1992, el combinado báltico no ha conseguido colarse en ninguna gran competición internacional, cosa que ahora mismo intenta con la Eurocopa de 2012. De hecho, el equipo de Taarmo Rüütli disputará encuentros clasificatorios frente a Italia e Islas Feroe pocos días después de recibir a Euskal Herria.

Con ganas de dar la sorpresa, como ya hiciera el pasado mes de octubre en Belgrado, donde se impuso a Serbia por 1-3. Ese triunfo y el que consiguiera ante Islas Feroe le permite ocupar el tercer puesto en el Grupo C de la fase de clasificación para la Eurocopa, por detrás de Italia y Eslovenia, y por delante de Irlanda, Serbia y Feroe.

Clasificada en el 87º puesto del ranking FIFA, la selección báltica está repleta de desconocidos por estos lares. Prácticamente todos los hombres dirigidos por Rüütli militan en ligas menores -el propio campeonato estonio, además de Noruega, Chipre, Azerbaian o Hungria-, a excepción del centrocampista Ragner Klovan, que defiende la camiseta del AZ Aalkmar.

Torneo de Naciones

Con la confirmación de la visita a Tallin, se puede dar por totalmente descartada la posibilidad de que la selección dispute este año el Torneo de Naciones que pretendía organizar la Federación Vasca, junto a la Catalana. Opción que se había enfriado muchísimo después de que Escocia -el rival que, en principio, estaba llamado a completar el torneo- recuperara la disputa de la histórica Nations Cup junto a Gales, Irlanda e Irlanda del Norte y que se desarrolla desde este mes de febrero hasta el próximo mayo.

En la Federación, con todo, no descartan que ese Torneo de Naciones pueda disputarse en un futuro no demasiado lejano, con la participación de otras selecciones, entre las que se ha barajado la corsa.

Será uno de los frentes en los que trabaje a partir de ahora. Los otros, más inmediatos, pasan por la financiación del encuentro ante Estonia -según publicaba «El Correo Español» esta semana, habría solicitado 30.000 euros al Gobierno de Gasteiz para cubrir los gastos de la expedición- y la designación de un segundo entrenador que acompañe a Mikel Etxarri, después de que José Ángel Iribar decidiese dejar el cargo tras el encuentro frente a Venezuela del pasado mes de diciembre.