El límite de velocidad en autovías y autopistas se reducirá de manera transitoria de 120 kilómetros por hora a 110 kilómetros por hora a partir del próximo 7 de marzo. Este cambio forma parte de un plan del Gobierno español para reducir el gasto de gasolina y gasóleo, según informó el vicepresidente primero del Ejecutivo, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras el Consejo de Ministros.

Rubalcaba subrayó que la medida es transitoria y está relacionado con la subida de los precios del petróleo a consecuencia de las revueltas en los países del norte de África, aunque reconoció que el Ejecutivo no sabe cuánto tiempo durará la limitación a 110 kilómetros por hora porque no se sabe cuánto va a durar «esta situación de emergencia».

Una medida de este tipo no se adoptaba desde la crisis el petróleo de mediados de los 70, en la que también se limitó la velocidad de los vehículos.

El cambio de límite no afectará al carné por puntos, pero superar el límite de 110 kilómetros por hora sí será sancionado económicamente. «Esto también supone un cambio en las multas, no en el carné por puntos, porque entendemos que no tiene que ver con la seguridad vial propiamente dicha sino con el consumo y el ahorro energético», indicó Rubalcaba. Con la reducción del límite de velocidad en autopistas y autovías el Gobierno prevé reducir un 15% el gasto en gasolina y un 11% el del gasóleo. El plan cuenta con otras dos medidas de aplicación inmediata. Por un lado, el precio de los billetes y abonos de los trenes de cercanías y media distancia bajará un 5% también desde el 7 de marzo. No variarán los de alta velocidad y larga distancia. Además, se elevará del 5,8% al 7% el porcentaje de biocarburantes en la mezcla de combustibles de automoción.

Cambios provisionales

Estas medidas no van acompañadas de otras a largo plazo ni de un cambio de modelo energético. Sólo son temporales y, al igual que el límite de velocidad, el levantamiento de las medidas dependerá de la evolución de la situación en Libia. Pero sobre el porcentaje de biodiésel Rubalcaba no supo decir si será de carácter permanente. «Tengo que consultar esta cuestión con el ministro» de Industria, dijo.

Indicó que el Gobierno no ha previsto modificaciones en las reservas estratégicas de productos petrolíferos ni en los presupuestos generales del Estado ni en las previsiones de crecimiento.

Esta semana el ministro de Industria, Miguel Sebastián, se reunirá con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para abordar nuevas medidas de ahorro energético que podría anunciar el próximo viernes, aunque Rubalcaba indicó que «cada municipio tiene su propia autonomía».

Junto a esto, anunció la creación de un grupo con empresas y grandes distribuidores para «seguir día a día la evolución del mundo de la energía, de los precios del petróleo y de la distribución del gas mientras dure la crisis».

Pese a estas medidas, el ministro aseguró que «no vemos problema de suministro de petróleo y gas» por la crisis en Libia y en el norte de África

El precio de la gasolina igualó esta semana el máximo que marcó el 20 de enero, al venderse a una media de 1,285 euros por litro, mientras que el gasóleo se encareció un 1%. En muchas gasolineras el precio de la gasolina roza ya los 1,3 euros. Ayer el barril de Brent cerró al alza en el mercado de futuros de Londres, con una subida del 0,7% hasta los 112,14 dólares, en otra jornada marcada por el nerviosismo ante la crisis de Libia, su nivel más alto desde agosto de 2008. Y ello, a pesar de que los países de la OPEP aseguran que pueden compensar una posible caída de la producción libia. Según el Gobierno español, cada subida de 10 euros en el barril de petróleo encarece la factura energética en 6.000 millones de euros. «Sí es verdad que la crisis está repercutiendo en el precio de los combustibles y de la gasolina, y afecta a todo el mundo, a consumidores y a todo el país», señaló Rubalcaba. Estas subidas «afectan al consumidor cuando llena el depósito de gasolina», añadió.

Pero a quien no afecta el encarecimiento del petróleo, al menos de forma negativa, es a las empresas petroleras. El pasado jueves Repsol anunció que en 2010 ha triplicado sus beneficios, llegando a ganar 4.693 millones de euros netos.

Ahorro previsto

Según los cálculos del Ejecutivo, la reducción de velocidad en las autopistas y autovías de 120 a 110 kilómetros por hora durante un año supondrá un ahorro de 18 millones de barriles de petróleo que, al precio actual y al tipo de cambio existente, son unos 1.400 millones de euros, según fuentes del Gobierno.

En cuanto a la medida de elevar del 5,8% hasta el 7% el porcentaje de biocarburantes en los combustibles de automoción representa un ahorro de 160 millones de euros al año. La adaptación de las 6.000 señales de velocidad de las autovías y autopistas al nuevo límite costará como máximo 250.000 euros, según fuentes del Ministerio de Fomento. Dado que la medida es temporal, las señales se adaptarán con la colocación de pegatinas y no serán sustituidas por otras nuevas.

Para Fomento, el coste de esta medidas es «irrisorio» en comparación con el ahorro previsto. La medida implicará también el ajuste de los radares fijos.

Tras conocer esta decisión de Madrid, la Dirección de Tráfico del Gobierno de Lakua solicitó a los conductores que colaboren con la medida aprobada por el Consejo de Ministros. La directora de Tráfico, Amparo López, ha dictado las medidas necesarias para modificar los paneles informativos situados en la red principal de carreteras de la CAV. Además, se ha puesto en contacto con los responsables de carreteras de las diputaciones para que también adapten los cambios. López recordó que la medida sólo afecta a autopistas y autovías, por lo que no se verán afectadas las limitaciones en el resto de la red viaria.