A un año de las presidenciales, el descontento social todavía no amenaza al Kremlin
La protesta se extiende por Rusia a través de las redes sociales y la sociedad civil ha comenzado a organizarse, pero estas formas de descontento no parecen constituir una amenaza inmediata para el Kremlin, a un año de las elecciones presidenciales de 2012.Laetitia PERON (AFP) |
En un panorama político mermado desde la llegada al poder de Vladimir Putin en 2000, embriones de movilización ciudadana se están desarrollando poco a poco, en la calle o en Internet, al hilo de la exasperación suscitada por la arbitrariedad de las autoridades, los favoritismos o los problemas ecológicos. Pero a un año de las presidenciales ese malestar social no amenaza todavía el tándem que forman el primer ministro Putin y el presidente, Dimitri Medvedev.
«La cota de popularidad de las autoridades sigue siendo elevada (...), pero la atmósfera de protesta aumenta. El estado de ánimo ha cambiado y hay razones para inquietarse», declara a AFP el analista Sergei Markov, diputado del gubernamental Rusia Unida, de Putin.
En Internet, blogueros critican la corrupción en las empresas públicas y el favoritismo de la élite, denuncian la construcción de un palacio para Putin y subrayan la ineficacia de las autoridades frente a los atentados.
Regularmente se realizan movilizaciones, que raramente superan los varios centenares de manifestantes, para denunciar la falta de libertad política o cuestiones más concretas como los privilegios de la élite.
«La situación no ha alcanzado un nivel de crisis abierta», estima Dimitri Oreshkin, un analista independiente, quien agrega que aunque «el poder tiene razones para inquietarse, los dirigentes tienen la impresión subjetiva de que controlan la situación».
«Pero lo mismo pasaba en los países árabes, donde había el sentimiento erróneo de que todo estaba bajo control», sostiene.
Por su parte, el diputado Markov cree que en Rusia podría darse una situación similar a la de Bielorrusia, dónde en diciembre un movimiento de protesta reunió a decenas de miles de personas la noche de la dudosa reelección del presidente, Alexandre Lukashenko. «Bielorrusia inquieta: allí la oposición consiguió deslegitimar las elecciones ante la comunidad internacional. Ese escenario podría repetirse en Rusia», asegura.
Para Dimitri Oreshkin, Putin se reservó el control sobre la inmensa mayoría de asuntos del Estado y a Medvedev, elegido en 2008 después de haber sido escogido por Putin para sucederle en el Kremlin, «le quedó un escaso margen de maniobra».
Según muchos observadores, importa poco saber cuál de los dos será el candidato en 2012, porque Putin seguirá siendo a priori el hombre fuerte. Por ahora, ambos mantienen la ambigüedad sobre sus proyectos para 2012. En diciembre, Putin indicó que acordará con Medvedev una candidatura a la Presidencia.
Según muchos observadores, no importa quién será el candidato a las elecciones presidenciales de 2012, si Medvedev o Putin, porque el actual primer ministro seguirá siendo a priori el hombre fuerte del país, sea cual sea el lugar que ocupe.