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«Las ciclogénesis en otoño e invierno han aumentado estos años»

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Margarita Martín
Delegada de Aemet en la CAV

La Delegación de la Agencia estatal de Meteorología (Aemet) en la CAV ha confeccionado un estudio sobre la evolución del clima en su ámbito de actuación, análisis que recoge datos desde hace más de un siglo. ¿Estamos en puertas de entrar en un ciclo frío parecido al de los sesenta y setenta? Puede.

Joseba VIVANCO | GASTEIZ

«Es muy importante destacar que los datos son los originales, corregidos sólo para tener en cuenta el efecto de la altitud (Donostia-ciudad 5 metros de altura y Observatorio de Igeldo a 260 metros). Es decir, es una serie no manipulada, o más exactamente, manipulada lo mínimo para poder comparar datos como si hubieran sido obtenidos en las mismas condiciones», subraya Margarita Martin en referencia a este análisis. «Es una serie contrastable, de un lugar que ha tomado datos durante 140 años, Donostia», añade.

A bote pronto, ¿qué destacaría de todos esos datos obtenidos?

Lo más interesante es comparar las gráficas de temperatura de Igeldo y de Vitoria. En la de Igeldo se aprecia una tendencia cálida durante los años 80 y 90, que se contiene en esta última década. Este periodo es ligeramente más cálido que el periodo 1920-1950. También es destacable el periodo frío de los 60 y 70, más largo y más frío que los anteriores. En la de Vitoria, que no está sometida a efectos locales como el viento foehn de Igeldo, se puede apreciar que el actual calentamiento ya tuvo precedentes en el primer tercio del siglo XX.

¿Cómo interpreta usted esos periodos recientes más fríos o cálidos que los anteriores?

Pues que parecen haberse amplificado en intensidad y duración igualmente los periodos fríos que los cálidos en los últimos 60 años.

Se observa que la temperatura media en todo ese siglo largo no ha variado en exceso.

Lo que se observa es una una rápida tendencia al calentamiento en los años 80 y 90, contenida en la última década, y que sucedió a otra rápida tendencia al enfriamiento en las décadas de los 50, 60 y 70 que, como decía antes, fue tan notable como lo ha sido la tendencia cálida posterior. Por tanto, sólo podemos hablar de ciclos claramente reconocibles. La temperatura media de la serie de Donostia desde 1865 hasta 2010 es 13,2º. Si consideramos las dos mitades de la serie por separado, 73 y 73 años cada una, la temperatura media es 13,2º en cada una de las dos mitades. Sólo se observa tendencia al calentamiento si consideramos ciclos mucho más cortos, de 25 años por ejemplo, y tenemos en cuenta el último y lo comparamos con el anterior, más frío. Pero en ciclos de 75 años no se observan cambios, como prueba el estudio.

Ahora mismo, se nos habla de que la temperatura aumenta, pero también de años fríos. ¿En qué quedamos?

Es difícil saberlo. Podríamos estar en el punto de inflexión de la tendencia cálida. Es necesario esperar para confirmarlo.

¿Se aprecia algún tipo de variación en cuanto al régimen de lluvias en esas series?

Se aprecian los conocidos miniciclos de 25-30 años a los que hago referencia. Pero no se observa ninguna tendencia destacable en cuanto a precipitación. Por ejemplo, si dividimos la serie de Igeldo desde 1865 a 2010 en dos partes, la primera tiene un promedio de 1584 L/m2 y la segunda 1544 L/m2. El régimen de lluvia parece seguir ciclos.

Si quisiéramos analizar el calentamiento global fijándonos en este estudio, ¿a qué conclusión llegaríamos?

Sacaríamos la conclusión de que hay unos pequeños ciclos climáticos frío-lluviosos y cálido-secos cada 25-30 años y que es posible que haya otro ciclo climático natural más largo, que se superpone al anterior, aumentando las características de estos ciclos.

¿Qué quiere decir que otro ciclo natural se superpone?

Pues que puede haber un ciclo climático de periodo más largo de 25 años, bastante más largo, de causas naturales, que actúe intensificando los efectos del ciclo de 25-30 años.

Eso explicaría que el periodo frío de 1951-1980 fuera más largo e intenso que el anterior de principios de siglo y que el cálido posterior, de 1981-2010, también fuera más cálido y más largo que el anterior. Es decir, que ese ciclo de periodo desconocido y superior a los 150 años, con datos, haya actuado ampliando los efectos del ciclo conocido en los últimos sesenta años. Es una hipótesis que tenemos que investigar. El calentamiento del planeta no empezó en el siglo XX, sino en el XIX, a partir de 1860. Es a partir de esa fecha cuando se da por concluida la Pequeña Edad Glacial.

Uno de los datos en los que más hace hincapié el estudio es en la sorprendente bajada de la presión atmosférica registrada en los últimos años. ¿En qué se está traduciendo ese alejamiento del anticiclón?

La caída brusca de la presión se aprecia desde 2007 y se produce en las estaciones de otoño e invierno, manteniéndose casi sin cambios en primavera y verano. Quiere decir ésto que hay muchas más ciclogénesis que llegan al País Vasco en otoño e invierno que antes. Algunas de ellas con características de ciclogénesis explosivas, y con más frecuencia que antes.

¿Y qué explicación le da?

La caída de presión registrada en el observatorio de Igeldo es histórica, no tiene precedentes. La anterior caída de los años 50 anunció un cambio de mini-ciclo climático, el de 25-30 años, que dio paso a un ciclo frío. ¿Ahora también? No se puede afirmar. Estadísticamente es lo que debería suceder y los datos de la temperatura media anual de los últimos cuatro años así lo apuntan, pero es muy pronto para confirmarlo. Hay ciclos climáticos detectados de 1.000 años y de 25-30 años.

Habla de ciclogénesis más habituales. ¿Qué fenómenos meterológicos extremos resaltaría que nos hayan afectado en la útima década?

La última década no ha sido muy destacable en nuestras latitudes. Sí lo ha sido en latitudes inferiores, como Canarias, Madeira y Marruecos, donde viven una sucesión de pasos de ciclogénesis explosivas que han provocado fenómenos extraordinarios. En el norte peninsular las efemérides que se han igualado son de viento, también de precipitación total mensual, y en 24 horas en los meses de junio y noviembre en los observatorios de Bilbao, Igeldo y Hondarribia. En los observatorios guipuzcoanos se ha batido tres veces el número anual de días de nieve (2007, 2009 y 2010). Las temperaturas máximas absolutas del afamado 4 de agosto de 2003 sólo se batieron en la costa de Gipuzkoa y Bizkaia y en el Valle de Aiara en Araba. En el resto del territorio había precedentes más altos en 1947.

Por cierto, ¿se puede constatar mayor presencia o virulencia de estos fenómenos adversos?

La virulencia es muy difícil de medir. Hace 60 ó 70 años no había tantos instrumentos de medida como ahora y no se puede medir la virulencia por los daños materiales o personales, dado que éstos dependen del riesgo al que estén expuestas las personas o las cosas. Como consecuencia de la artificialización creciente del suelo, el riesgo aumenta debido al cambio de uso del territorio natural y al notable aumento de la ocupación por la especie humana. Lo único que sí se ha comprobado estadísticamente es el mayor número de ciclogénesis en el periodo otoño-invierno durante los últimos 5 años en la zona de la Península Ibérica-Golfo de Bizkaia-Mediterráneo occidental y Golfo de Cádiz. Pero tampoco es algo sin precendentes. Está en relación con la oscilación del Atlántico Norte y, a su vez ésta, con los episodios del Niño-Niña.

 

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