El primer ministro japonés, Naoto Kan, le confió ayer la cartera de ministro de Asuntos Exteriores a Takeaki Matsumoto, heredero de una larga dinastía política fundada por un samurai, con la misión de estrechar los lazos con EEUU y de aplacar la tensión con Rusia y China.

Naoto Kan «lo ha elegido por su capacidad, su conocimiento y para que exista una continuidad en la diplomacia japonesa», declaró Yukio Edano, portavoz del Gobierno.

Matsumoto, de 51 años de edad, era viceministro de Asuntos Exteriores con Seiji Maehara, forzado a dimitir el domingo después de seis meses en el cargo por un escándalo relacionado con donaciones ilegales.

La primera cita importante de Matsumoto será la reunión de los ministros de Exteriores del G8, el lunes en París. Posteriormente, este mismo mes, presidirá la cumbre tripartita Japón-China-Corea del Sur.

El nuevo jefe de la diplomacia deberá seguir los pasos de su predecesor, con el fin de fortalecer las relaciones con los EEUU, el principal aliado de Japón. Pero deberá también abordar cuestiones más difíciles, como las disputas territoriales, periódicamente enconadas, con sus dos poderosos vecinos, China y Rusia.