Jon Juaristi es ahora objeto de una caza de brujas, según Blanca Urgell
«El euskara es patrimonio cultural de todos los ciudadanos vascos y también de aquellos que no lo hablan», enfatizó ayer la consejera de Cultura de Lakua, Blanca Urgell, en su tercera comparecencia parlamentaria para defender el nombramiento del escritor Jon Juaristi como vocal del Consejo Asesor del Euskara. Que Juaristi declare públicamente su «indiferencia» hacia el euskara es simple provocación, para Urgell, una defensa frente a quienes le atacan.
Amaia EREÑAGA | DONOSTIA
La polémica provocada por el nombramiento de Jon Juaristi como vocal del Consejo Asesor del Euskara evidentemente no resulta plato de buen gusto para la Consejería de Cultura que dirige Blanca Urgell, aunque las declaraciones de intenciones efectuadas desde su tribuna de «Abc» por el actual director general de Universidades e Investigación de la Consejería de Educación de la Comunidad presidida por Esperanza Agirre tampoco se lo ponen fácil. Nuevamente, y a instancias de EA, Blanca Urgell tuvo que dar ayer explicaciones en el Parlamento; en este caso, ante la comisión de Cultura. La causa: el artículo de Juaristi del último domingo de febrero en el que, con su estilo tan personal, apuntaba que no es lo mismo indiferencia hacia el euskara que hostilidad -se refería a sus declaraciones en Euskadi Irratia en 2007-, a la vez que afirmaba cosas como que «al eusquera (sic), que en Alcobendas no sirve ni para preguntar la hora, nunca le he sacado un céntimo». Lo más clarificador, sin embargo, era que parafraseaba a Savater para reconocer que había aceptado formar parte del Consejo Asesor del Euskara porque «me divierte chinchar. Insisto: me divierte».
Molesta por el hecho de que, en su opinión, el escándalo oculta como una cortina de humo el trabajo que está efectuando el Consejo -ayer, de hecho, desde su Consejería se remitió a los medios de comunicación un comunicado explicando el trabajo que están realizando-, Blanca Urgell declaró estar «contra los linchamientos mediáticos», a la vez que criticó lo que calificó como una caza de brujas contra el escritor bilbaino radicado en Madrid. Es decir, que éste sólo estaría respondiendo a los «ataques» sufridos y lo haría utilizando la sátira en sus artículos. En suma, que su postura pública es una -decididamente crítica hacia una lengua que considera muerta y antiabertzale hasta el extremo- y sus «hechos», otros, ya que, según Urgell, está realizando aportaciones sobre literatura oral en euskara en el Consejo. «Es una persona que habla euskara, también en Madrid. Hay mucha diferencia entre el trabajo que realiza y los escritos satíricos que pueda escribir».
Normalidad o no
Lo cierto es que tanto para EA como para Aralar y el PNV, según lo que apuntaron ayer, la actitud de Juaristi resulta «despreciativa» hacia el euskara, una lengua cuyo futuro se debiera de encargar de fijar el Consejo al que ahora pertenece. El Consejo Asesor del Euskara prepara, cara a 2012, un Nuevo Mapa de Acciones a través de la ponencia denominada Euskara 21. De ahí surgirán las medidas concretas que fijarán un plan que tomará el relevo al Plan General de Promoción y Uso del Euskara que ha sido el referente para la normalización del euskara en las instituciones de la CAV durante los últimos doce años.
Diferentes personalidades del ámbito de la cultura vasca componen este órgano, que busca ser plural -el parlamentario de EA, Juanjo Agirrezabala, le recordó a la consejera que en esa «pluralidad» se echan de menos otras sensibilidades a las que han dejado al margen- y, un término muy querido por el actual Gobierno, trasversal. Personas como Juaristi «pueden aportar otro punto de vista político y personal que hasta el momento no se ha podido escuchar» en la comisión, dijo, a la vez que «suma» otras características, como su trayectoria personal y profesional, «su punto de vista crítico hacia la normalización» y el hecho de que tuviera que «exiliarse» de Euskal Herria.
Si lo que se pretende es tener puntos de vista críticos, como el caso de Juaristi hacia el euskara, «¿por qué no se hace lo mismo en el Instituto Etxepare o en ETB, para que estén representados todos los puntos de vista de la sociedad?», preguntó Juanjo Agirrezabala (EA).
Que el propio decreto de constitución del Consejo Asesor del Euskara especifique que las personas que formen parte de él deben ser conocidas por las aportaciones que vayan a realizar en la normalización de nuestro idioma, como recordó Juanjo Agirrezabala (EA), no parece suponer un problema para la consejera. Tampoco las delaraciones públicas que efectúe uno de sus miembros, porque eso forma parte, dijo, de su actividad privada y «sobre eso no tenemos opinión», ni aunque sean consideradas despreciativas por al menos tres de los partidos presentes en la Cámara (PNV, EA y Aralar). Urgell no quiso entrar tampoco al paralelismo que le planteó Mikel Basabe (Aralar): ¿Mantendría en su puesto su Gobierno a un vocal de, pongamos, Emakunde, que afirme que le es indiferente la igualdad entre los sexos? «Su Gobierno no lo aceptaría, estoy convencido», afirmó.
Por su parte, Gorka Maneiro (UPyD) está, por supuesto, de acuerdo con la inclusión de Juaristi, y fue más allá: pidió que se permita formar parte de la comisión a «personas monolingües en castellano» para que aporten su punto de vista. A.E.