GARA > Idatzia > Iritzia> Kolaborazioak

Antón Borja Profesor de EHU-UPV

¿China socialista?

Los dirigentes chinos responden: en el Partido Comunista de China (PCCh) está la clave de casi todo y todo se puede retocar menos el Partido. El PCCh es de la convicción de que el progreso material asegura la estabilidad pero siempre desde un enfoque centralizador

China ha tenido una tasa de crecimiento medio en la primera década del siglo XXI cercana al 10 % anual, muy alejada de las tasas de crecimiento occidentales. El peso de la industria ha crecido mucho en los últimos años. El desarrollo de las Zonas Económicas Especiales ofrece facilidades a las inversiones extranjeras, infraestructuras, servicios y mano de obra barata, produciendo para la exportación. Pero ha sido a costa de bajos salarios y de unas condiciones laborales muy explotadoras, en general.

Este desarrollismo económico es muy desequilibrado social, territorial y ambientalmente. Las desigualdades sociales son crecientes. Ya hay más de un millón de millonarios (en dólares) chinos, coexistiendo con la pobreza de más de 200 millones de personas. Las desigualdades se manifiestan también entre los trabajadores urbanos, cuya renta media es de 1.900 dólares anuales, y la de la población rural, que es de 570 dólares. En el campo viven 730 millones de personas y más de la mitad de las villas interiores que aglutinan a más de 400 millones de personas no disfrutan de agua potable, y el 60% de las familias rurales no disponen de sanitarios.

La contaminación atmosférica es muy importante. La calidad de aire en casi la mitad de las ciudades es media o mala. La problemática del desarrollo sostenible se agudiza ante un desarrollismo desbocado.

Ante este tipo de cuestiones, los dirigentes chinos responden: en el Partido Comunista de China (PCCh) está la clave de casi todo y todo se puede retocar menos el Partido. Con más de 80 millones de afiliados, en él coexisten clanes territoriales (Shanghai, Guandong...) liberales, populistas, comunistas y otros; existe un gran consenso, con diferencias, respecto a la continuidad del proceso de reforma planteada hace más de 30 años por Deng Xiaoping.

El PCCh es de la convicción de que el progreso material asegura la estabilidad pero siempre dentro de un enfoque centralizador. El trato a las nacionalidades alterna la represión y el paternalismo. Ni la fuerza bruta ni la inversión de miles de millones de yuanes garantizan la integración de Xinjiang (tampoco de Tibet) en China.

El caso de Xinjiang es paradigmático. En 2008, la población es de 21,3 millones de personas, de los cuales 13 millones son de etnias no han. Los uigures representan el 45% de la población. Cerca de 11 millones de personas creen en el Islam. Los uigures hablan en turco y son de confesión musulmana suní, pero si un uigur no tiene un buen nivel de chino, tropieza con enormes dificultades para encontrar empleo. A partir de 2006, más de 250.000 uigures emigran para trabajar en la zona costera y otras zonas de China. El malestar de los uigures frente a los han viene de atrás. El poder han, a lo sumo está dispuesto a facilitar cierto desarrollo económico a cambio de la renuncia a las reivindicaciones políticas.

En la esfera de derechos laborales, aunque existe la Federación Nacional de Sindicatos de China (FNSCH), ésta tiene como misión principal garantizar el apoyo de la clase trabajadora a la política definida por el PCCh. Por ello no es extraño que la desprotección a que se ven sometidos los trabajadores chinos sea muy grande. Aunque en los últimos años ha habido cambios en la legislación laboral, la generalización de la negociación colectiva o de los contratos laborales está por llegar. Es tal la indefensión sindical que se pueden entender sucesos como los ocurridos en 2010 en Foxcom (400.000 empleados), donde sólo el suicidio de una docena de trabajadores permitió que la empresa reconsiderara su política salarial (con un aumento promedio del 30%) y laboral (rebajando el volumen de horas extraordinarias). Las protestas y las huelgas van en aumento ante la degradación laboral imperante.

Ante este tipo de cuestiones, y otras, se plantean muchos interrogantes sobre la «vía china al socialismo».

La UPV-EHU, junto con GITE-IPES, organiza en los meses de marzo, abril y mayo unos debates sobre «El socialismo en el siglo XXI». El próximo 14 de marzo, a partir de las 16:00, en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación, en el campus de Ibaeta de Donostia, impartirá una conferencia sobre «Proceso de China hacia el socialismo» Cheng Enfu, director de Investigaciones del Marxismo de la Academia China de Ciencias Sociales. Asimismo, impartirá otra conferencia el día 15, en Bilbo, en el Aula Mitxelena, Paraninfo de la Universidad del País Vasco (Avda. Abandoibarra 3, a partir de las 18:30). Al día siguiente, 16 de marzo, se realizará un seminario, abierto al público interesado, a partir de las 11:00 en el Aula Baroja del Paraninfo de la UPV-EHU.

Es una oportunidad para poder escuchar a una persona importante del PCCh y poder realizar las preguntas que más interrogantes plantea debatir sobre el actual proceso socioeconómico chino.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo