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Revueltas en el mundo árabe

Ofensiva diplomática de Gadafi, mientras crecen las dudas en la UE

Muamar al-Gadafi, que parecía completamente aislado hace días, comenzó ayer una ofensiva diplomática enviando emisarios a El Cairo y a Lisboa, donde se entrevistó con los militares que gobiernan Egipto y, con el visto de la UE, con el ministro portugués de Exteriores, Luis Amado. Los Veintisiete, mientras, dieron muestras de indecisión y división a la hora de afrontar la crisis libia.

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GARA | EL CAIRO

El líder libio, Muamar al-Gadafi, ha comenzado una ofensiva enviando emisarios a Egipto y a Europa, mientras continúa obligando a los opositores a seguir retrocediendo hacia el este.

Abderrahman al-Zawi, miembro del círculo cercano de Gadafi y responsable de cuestiones de logística y de aprovisionamientos, llegó a El Cairo a bordo de una avión libio, según un responsable aeroportuario. La agencia Reuters informó de que Zawi portaba un mensaje de Gadafi dirigido al Consejo Supremo del Ejército, que gobierna actualmente Egipto. En la reunión de Zawi con los militares egipcios también participó el primer ministro, Esam Sharaf.

Asimismo, emisarios de Gadafi se reunieron con las autoridades de Malta, Estado miembro de la UE, en esta isla mediterránea, antes de volar hacia Portugal, miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, que es el organismo que debe autorizar una eventual intervención militar en Libia o la instauración de una zona de exclusión aérea, mientras que otro avión libio viajó hacia Bruselas vía Estado francés.

Mohammed Taher Siyala, subsecretario libio de Cooperación Internacional, se reunió en La Valetta con el primer ministro maltés, Lawarence Gozni, mientras que en Lisboa tenía previsto hablar con el ministro portugués de Exteriores, Luis Amado, quien destacó que este encuentro se organizó de manera coordinada con la alta representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton.

El ministro italiano de Exteriores, Franco Frattini, por su parte, confirmó que aviones libios se dirigían a Bruselas y señaló que su misión era contactar con dirigentes de la UE y la OTAN, aunque desmintió que hubieran hecho escala en Roma o Milán.

La OTAN, sin embargo, rechazó la posibilidad de reunirse con los emisarios de Gadafi.

La posición de Ashton no contribuyó a clarificar la posición de los 27. Por un lado, rechazó apoyar abiertamente la demanda del Consejo Nacional de Transición (CNT), formado por los rebeldes libios, para ser reconocido por la UE como única autoridad legítima del país norteafricano, una petición que recibió el apoyo numerosos europarlamentarios.

Junto a ello, Ashton también mostró sus reservas sobre la posibilidad de poner en marcha una zona de exclusión aérea con el objetivo de impedir a Gadafi emplear la aviación en su lucha contra los opositores.

Estas dos opciones marcarán la agenda de la reunión que mañana celebrarán en Bruselas los jefes de Estado y de Gobierno de la UE. Ashton, cuyas competencias le permiten plantear a los dirigentes de los 27 propuestas en materia exterior, anunció en el Parlamento que no lo hará. Por tanto, una vez más, la UE aparecerá como un enano diplomático ante una crisis que se produce en su frontera sur y el papel de la propia Ashton se debilitará aún más.

«Corresponde a los estados tomar la decisión», afirmó a la salida de un debate sobre la crisis libia, mientras que el Parlamento Europeo ha recibido esta semana a dos representantes del CNT que han acudido a Bruselas en busca de reconocimiento diplomático por parte del bloque comunitario.

Esta legitimación sería «muy importante» para los opositores al coronel Gadafi, porque dotaría al CNT de la posibilidad de obtener ayuda internacional de forma masiva, explicó en una rueda de prensa en Bruselas uno de sus responsables, Mahmud Jebril, ex ministro libio.

Jebril volvió a reclamar el establecimiento de una zona de exclusión aérea «para detener la máquina de matar que ha puesto en marcha» el régimen de Gadafi, pero excluyó cualquier intervención militar extranjera en suelo libio. También destacó que los insurgentes libios necesitan ayuda humanitaria y médica, especialmente para cuidar «a los miles de heridos que tenemos».

En Washington tampoco tuvieron mucho eco las demandas del CNT. Aunque el embajador estadounidense en Libia, Gene Cretz, y otros responsables se reunieron en El Cairo con miembros del Consejo Nacional de Transición, el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, dijo que no excluyen que EEUU mantenga contactos con otros opositores libios, que se encontrarían en Túnez.

Crowley anunció que Washington seguirá manteniendo contactos con el CNT, lo que no impide que dialogue con opositores libios al margen de este grupo.

«Al final de todo, emergerá una oposición formal en Libia. Estamos mirando cómo evoluciona», explicó. «No nos corresponde a nosotros escoger a los principales actores de este esfuerzo», añadió Crowley.

Según Michele Dunne, especialista en el mundo árabe en el Departamento de Estado y en la Casa Blanca, Washington no tiene claro todavía qué sistema política quieren instaurar los rebeldes libios si llegan al poder.

Italia, antigua potencia colonial y con grandes intereses económicos en Libia, también está actuando con pies de plomo, ya que, sea cual sea el escenario que se imponga en el país norteafricano, quiere mantener sus intereses en materia energética, especialmente los del grupo petrolero ENI y quiere preservar la cláusula del tratado bilateral suscrito con Trípoli que le permite devolver a los inmigrantes africanos que intentan alcanzar ilegalmente las costas de Sicilia y Lampedusa.

De este modo, el Gobierno de Silvio Berlusconi se ha mostrado reacio a criticar a Gadafi, aunque podría verse arrastrado hacia el apoyo a la oposición libia por sus socios europeos.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, en cambio, recibirá hoy en El Elíseo a los representantes del CNT.

Mientras, sobre el terreno, continúan los ataque aéreos de la aviación de Gadafi contra los opositores, que ayer afectaron a varias instalaciones petroleras en Ra's Lanuf, según reconoció el CNT.

El portavoz de este grupo rebelde, Abdelhafez Ghoqa, mostró sus temores ante la posibilidad de que Gadafi ataque a partir de ahora instalaciones petroleras.

Asimismo, los rebeldes denunciaron que la aviación de Gadafi también bombardeó la población de Bin Jawad.

Al-Jazeera informó de que al manos 40 personas habrían muerto en combates registrados entre gadafistas y opositores en Zawiya.

okupas en londres

Un grupo de okupas denominado Derrocar a los Tiranos ocupó una mansión en Londres de Saif Al-Islam, hijo de Gadafi, valorada en 10 millones de libras [11,7 millones de euros] «en solidaridad con los libios», informó la BBC.

ataques en egipto

Hombres armados de cuchillos y palos atacaron ayer a cientos de manifestantes a favor de la democracia que se congregaron en la plaza Tahrir de El Cairo, según informaron testigos y la televisión pública.

emiratos árabes unidos

Intelectuales de los Emiratos Árabes Unidos reclamaron en una petición que se celebren elecciones directas y que se cree un Parlamento dotado de poderes legislativos en esta rica federación del golfo Pérsico que hasta el momento no ha vivido protestas.

diálogo en Bahrein

Grupos opositores suníes y chiíes mantuvieron ayer un encuentro para tratar de reducir la tensión sectaria en aumento en Bahrein tras semanas de protestas contra el Gobierno de la dinastía Jalifa, suní, en un país de mayoría chií.

La Justicia tunecina disuelve el partido de Ben Ali

La Justicia tunecina disolvió ayer el RCD (Agrupación Constitucional Democrática), el partido del ex presidente Zine El-Abidine ben Ali, a petición de las nuevas autoridades, que, poco a poco, están desmontando el antiguo sistema que rigió en Túnez durante 23 años.

«El Tribunal de Primera Instancia de Túnez ha decidido disolver el RCD y liquidar sus bienes y sus fondos», precisó la sentencia, acogido por un clamor ensordecedor por los cientos de personas que se encontraban en la sala.

Nada más escuchar el himno nacional, comenzaron a pronunciar eslóganes como «¡RCD fuera!», «Túnez libre» y «¡Mártires, seguimos con vuestra lucha!».

Únicamente se ha necesitado una semana para erradicar del país la estructura tentacular del RCD, que tenía ramificaciones en todo Túnez y en todas las empresas. En los momentos de mayor esplendor, reivindicaba tener más de dos millones de afiliados en un país de diez millones de habitantes.

La defensa del partido disuelto puede apelar, pero según el abogado del Ministerio del Interior, Faouzi ben Mrad, un recurso no suspendería la ejecución de la sentencia.

El Tribunal comenzó el 2 de marzo a examinar la denuncia interpuesta por el Ministerio del Interior. Al comienzo del proceso, Ben Mrad reclamó «la disolución del RCD y la incautación de sus bienes en el interior y en el exterior del país, que lograron expoliando el dinero del pueblo».

Tras la huida del presidente el 14 de enero, los tunecinos no han dejado de manifestarse para reclamar la disolución del símbolo del Estado policial durante los 23 años del régimen de Ben Ali.

Su imponente sede en el interior de Túnez fue uno de los primeros objetivos simbólicos de la Revolución que se llevó por delante al régimen y a su líder.

Sólo seis días después de la caída del régimen, el Gobierno provisional de Mohammed Ghannouchi anunció el 20 de enero que el Estado tomaría posesión de los bienes mobiliarios e inmobiliarios del RCD y que procedería a separar el partido del Estado. El 6 de febrero, el RCD fue suspendido «con el objetivo de preservar el interés supremo de la nación y de evitar cualquier violación de la ley», anunció el ministro del Interior, Fahrat Rajhi, con el objetivo de proceder a una mera disolución. Pero para la población, era necesario expulsar a los ministros del RCD que todavía estaban en activo. Desde la formación del primer Gobierno de la era post-Ben Ali por Ghannouchi, primer ministro durante once años en el antiguo régimen, la población no dejó de presionar para quitar del poder a los caciques. Jacques LHUYLLERY (AFP)

reforma en marruecos

El rey Mohamed VI anunció una reforma global de la Constitución que incluye, entre otros cambios, reforzar la figura del primer ministro como «presidente de un poder ejecutivo efectivo» y ampliar las atribuciones del Parlamento.

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