Karzai pide a la OTAN que ponga fin a todas sus operaciones en Afganistán
El presidente afgano, Hamid Karzai, pidió ayer a sus aliados de la OTAN el cese de todas las operaciones militares en el país. Lo hizo durante un discurso en Asadabad, donde las tropas extranjeras han sido acusadas de matar recientemente a varias decenas de civiles.GARA |
«Si ésta es una guerra contra el terrorismo, hay que destruir los refugios de los insurgentes más allá de la frontera. No hay terroristas en nuestros pueblos», aseguró el presidente afgano, Hamid Karzai, durante un discurso público en el que pidió a la OTAN que detenga todas sus operaciones militares en Afganistán y se centre en acabar con los escondites que la insurgencia talibán tiene en Pakistán.
Ésta es la primera vez que Karzai, puesto en el poder por Occidente tras la invasión del país en diciembre de 2001 pero que no deja de denunciar las masacres de civiles por parte de las tropas de la OTAN, reclama una medida así de radical a sus aliados. Y se produce dos días después de que las fuerzas extranjeras de ocupación mataran un allegado suyo en Kandahar.
El presidente afgano pronunció su discurso en Asadabad, capital de Kunar, bastión talibán de la frontera con Pakistán, para mostrar sus condolencias a las familias de las víctimas de varios bombardeos de la OTAN registrados en las últimas semanas en la zona. Según datos de la agencia afgana Pajhwok recogidos por Efe, más de 70 civiles, entre ellos mujeres y niños, murieron el mes pasado durante los ataques de las tropas extranjeras en el distrito de Ghaziabad y el valle de Nanglam.
«Con motivo de este encuentro, yo pediría a la OTAN y a EEUU, con honor y humildad, y sin arrogancia, el cese total de sus operaciones en nuestro país», señaló ante una audiencia en la que había también medio millar de líderes tribales. «Si esta es una guerra contra el terrorismo internacional, deberá llevarse a cabo en las regiones que llevamos señalando con el dedo desde hace nueve años y que ellos conocen», agregó.
El mandatario no ha dejado de pedir en los últimos años a la OTAN que atacara las bases de la retaguardia de los talibanes en el exterior, sobre todo en Pakistán, pero no los pueblos afganos.
Durante su discurso agradeció a Occidente «todo lo que ha hecho por nosotros. No nos quejamos si nos matan terroristas -dijo-, pero si nos matan nuestros aliados tenemos derecho a quejarnos. Si los extranjeros nos consideran sus amigos no deberían matar a sus amigos. Tenemos derecho a protestar por las muertes de civiles». Afirmó que «somos un pueblo muy tolerante, pero nuestra tolerancia se está acabando».
El hecho que ha llevado al presidente afgano a hacer esa petición a la OTAN fue la muerte, el 1 de marzo, de nueve menores que recogían leña en Nanglam víctimas de un bombardeo de la aviación extranjera.
El año 2010 fue el más sangriento para la población civil de Afganistán desde la llegada de las tropas extranjeras, según la ONU, que precisó que la mayoría murió a manos de la insurgencia. Según sus datos, fallecieron 2.777 civiles, un 15% más que el año anterior. La aviación extranjera mató a 171 civiles.