Los socios europeos negaron en la cumbre del pasado viernes la suavización de las condiciones del crédito a Irlanda de momento, por considerar que «no ha cumplido las condiciones necesarias para ello», el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. Aunque ha cedido a otras medidas, Dublín se sigue resistiendo a las presiones para bajar el tipo de su Impuesto de Sociedades. El nuevo primer ministro irlandés, Enda Kenny, se enzarzó en una agria pelea con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, a propósito de esta exigencia. Sarkozy afirmó que Irlanda debe corresponder al esfuerzo de los demás países del euro que acudieron a su rescate y aumente su Impuesto de Sociedades para alinearlo con el de la zona euro. «Se ha pedido específicamente a Irlanda que haga un gesto y no se ha obtenido satisfacción», señaló Sarkozy al término de la cumbre de líderes de la zona del euro que concluyó en la madrugada del sábado en Bruselas. La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró que es «justo» que su país reclame medidas concretas a Irlanda a cambio de suavizar las condiciones de su plan de rescate. De hecho, la armonizacion de este impuesto es uno de los puntos del «pacto por el euro» suscrito en la cumbre y que ha cambiado su denominación original de «pacto de competitividad» para evitar un nombre demasiado asociado a las exigencias alemanas, muy similares a los objetivos que se recogen en el mismo.