Cunningham reflexiona sobre la obsesión por la belleza en su última novela
José OLIVA (EFE) | BARCELONA
El desencanto de una pareja sirve al escritor Michael Cunningham, autor de «Las horas», con la que obtuvo el premio Pulitzer, para reflexionar sobre «la obsesión por la belleza» en su última novela, «Cuando cae la noche» (Lumen/Edicions 62). En ella narra la historia de Peter y Rebecca, una pareja cuarentona con una hija, residentes en el Soho de Nueva York, en pleno éxito profesional -él como galerista de arte y ella como editora cultural-.
Esa aparente tranquili- dad sin embargo, se rompe cuando el feliz matrimonio recibe la visita del hermano pequeño de Rebecca, un veinteañero desorientado que conmociona a Peter, quien contempla el bello cuerpo de su cuñado como el símbolo de la belleza pura.
Admite el autor que «Cuando cae la noche» es «menos experimental» que «Días memorables», aunque su última novela «es más ambiciosa que la anterior porque siempre debes marcarte un reto más elevado y esa es la única forma de crecer como escritor. Si tienes la impresión de que escribir es fácil, entonces empieza la decadencia».
El gusto de cruzar la línea
Al explorar el tema de la belleza y la sexualidad cambiante, la conexión con «Muerte en Venecia es plausible: «Al principio no pensé deliberadamente en la película de Visconti, pues quería escribir sobre un hombre obsesionado por la belleza, mucho más que el Gustav que interpreta Dick Bogarde». Sin embargo, Cunningham prefiere reconocer ese «paralelismo», en lugar de ignorarlo.
Cunningham, que no oculta su homosexualidad, no discute que la mayoría de las personas son principalmente gays o heterosexuales, aunque señala que «cualquiera ha podido tener un sentimiento por aquel profesor, o una mujer se ha enamorado de su compañera, pues a casi todo el mundo le gusta cruzar la línea».