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Visita al Getafe

Evitar viejos hábitos para refrendar nuevos horizontes

El Athletic quiere aprovechar el mal momento de su rival para acabar con la maldición del Alfonso Pérez y aumentar sus opciones en la pelea europea.

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GETAFE - ATHLETIC

Amaia U. LASAGABASTER

Un campo maldito como escenario y un nuevo bache que ha llevado al Athletic a encajar tres derrotas consecutivas como visitante no invitan al optimismo. Pero los rojiblancos también tienen motivos para la confianza. Tantos como para pensar que ésta es la oportunidad idónea para acabar con la mala racha que les persigue en Getafe.

La propia trayectoria del rival es uno de ellos. El equipo azulón partía entre los candidatos a repetir experiencia europea, pero la irregularidad que le ha acompañado a lo largo de toda la temporada se ha intensificado en las últimas jornadas. Aunque en realidad su andadura se ha vuelto más regular. Para mal, claro: en las últimas cinco jornadas ha encadenado sólo las de arena, olvidando las de cal. Su última victoria se remonta al 5 de febrero, lo que ha provocado que incluso tenga que empezar a mirar por el retrovisor.

También hay alicientes en casa. El triunfo ante el Sevilla no fue de los que encumbran, pero sí de los que alivian. Que tal y como llegaba el Athletic a la cita es casi lo mismo. Sobre todo porque se consiguió ante un rival directo y volvió a engordar el colchón de los rojiblancos. Tanto, que llegan al Alfonso Pérez con la tranquilidad de saberse en puestos europeos pase lo que pase esta noche.

Pero es que además ha regresado el discurso más ambicioso de los bilbainos, que ven en la visita al Getafe una oportunidad perfecta para refrendar nuevos horizontes. No sólo el de la Europa League, que el Athletic no disfruta vía Liga desde hace seis temporadas -todavía Copa de la UEFA por aquel entonces-, sino incluso el de la Champions League, del que, pese a las diferencias en la tabla y los tropiezos frente a rivales de esa zona, los rojiblancos no quieren despedirse todavía. Lo destacaba Iker Muniain anteayer y lo subrayaba también Joaquín Caparrós, habitualmente más discreto en estas cuestiones, antes de montarse en el autobús. «Mandan las matemáticas y un equipo profesional tiene que aspirar a lo máximo -aseguró-. Para lograr ese objetivo hay que vencer dificultades y un estadio de euforia que no te haga equivocarte. Mientras exista la opción tenemos que ir a por ella, aunque siempre en base a lo más inmediato».

Es decir, al encuentro de esta noche, al que el utrerano no resta un ápice de dificultad. «Todos los equipos hemos vivido una mala racha», recordó Caparrós, que sigue considerando al Getafe «un rival directo» y, sobre todo, un conjunto «con futbolistas de mucha calidad individual, que hacen que colectivamente sea un buen equipo».

La incógnita

Equipo al que hoy se enfrentará con la ausencia de un hombre clave en su esquema, como es Gaizka Toquero. El técnico reconoce la «importancia» del gasteiztarra, respecto a cuyo sustituto no ofreció la más mínima pista, aunque confió en que su baja no se deje notar.

El papel puede corresponderle a Iñigo Díaz de Cerio, con el que Caparrós probó en el ensayo del sábado. Pero el hecho de que el entrenamiento de ayer discurriese a puerta cerrada, deja todas las puertas abiertas. Urko Vera -la segunda novedad de la lista junto al ariete donostiarra-, Iker Muniain, Óscar de Marcos o Markel Susaeta pueden partir también en el once acompañando en punta a Fernando Llorente.

 

 

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