Una concentración y una cadena humana han denunciado a lo largo del fin de semana, en Bilbo, la «condena a perpetuidad» impuesta a la presa política Inma Patxo Martin, vecina del Casco Viejo que el pasado día 11 cumplió su tercer año en prisión tras haber cumplido la condena impuesta.

Patxo, a quien le han alargado otros trece años su encarcelamiento, padece en la actualidad una «grave situación» de aislamiento.

En las movilizaciones, realizadas el viernes y el sábado, se puso de manifiesto que el respeto de los derechos de los presos contribuirá a hacer posible el proceso democrático. Se subrayó, además, «la urgencia y la prioridad» que tiene la resolución de las situaciones extremas que padecen los represaliados políticos vascos.

Recordaron que 31 de ellos son vecinos del Casco Viejo y que cinco -Joseba Artola, Fernando del Olmo, German Urizar, Luis Angel Galarza y Andoni Ugalde- están presos desde hace más de tres décadas.

Destacaron, en este contexto, la importancia de la movilización popular: «Necesitamos la activación y organización permanente de los ciudadanos y del pueblo».

«En la fase política que estamos abriendo tendrá gran importancia para presionar a los estados poner en marcha una gran ola en favor de los presos», comentaron los organizadores de estas movilizaciones.