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El parto anónimo, una practica legal en el Estado francés

¿Existe verdaderamente un instinto materno que abarca a todas las mujeres? Aunque un porcentaje amplio de madres reconoce y acepta al bebé en cuanto da a luz, una parte mínima toma, por razones muy diversas, la decisión de abandonarlo de modo anónimo.

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Ainize BUTRON

Al oír hablar de abandono de bebés, muchos pensarán en el «torno». Se trata de una especie de torres que existieron durante siglos en los conventos u orfanatos, y en los que las madres iban a depositar a sus recién nacidos cuando no podían o no querían ocuparse de ellos. Evidentemente, estos lugares no existen hoy en día. Sin embargo, el abandono de bebés sigue siendo un tema de cierta actualidad. El Estado francés es, junto a Italia, uno de los únicos paises en Europa en el cual el denominado «parto bajo X» esta legalmente reconocido, y goza de un sistema de acogida y ayuda.

El «parto bajo X» fue reconocido por vez primera durante la llamada Revolución francesa. Desde 1941 existe una ley propia que establece que «a la hora de dar a luz, la mujer puede pedir que el secreto de su admisión y de su identidad sea preservado». Esta norma permitió a esas mujeres que no podían o no deseaban reconocer a su bebé abandonarlo en las mejores condiciones. Una situación poco conocida en el Estado español, donde estas semanas están saliendo a la luz cientos de casos de «niños robados» durante las últimas décadas.

Un juicio que ha tenido lugar recientemente en Angers ha devuelto a la actualidad esta cuestión. Tras él se ha permitido a los abuelos biológicos de un bebé nacido «bajo X» hacerse cargo de su nieta. La ley es cuestionada cada cierto tiempo. Junto a las asociaciones de niños -ya adultos- que piden que se elimine ese «derecho al anonimato», un informe reciente presentado en el Parlamento francés reclama que se modifique la ley en ese mismo sentido.

«Un gesto de amor»

El llamado Consejo Nacional de Acceso a los Orígenes (CNAOP) se puso en funcionamiento en 2002 para armonizar el sistema de acogida de las mujeres para el conjunto de los departamentos y ayudar a los hijos e hijas a acceder a sus orígenes.

Como en la mayoría del Estado francés, en el Departamento de los Pirineos Atlánticos existe un equipo pluridisciplinar en el que intervienen personal sanitario, psicólogas y asistentas sociales, destinado a acompañar los «partos bajo X».

Son cuatro las asistentas sociales que se ocupan de estos casos, dos para Ipar Euskal Herria y otras dos para la zona del Bearne. GARA ha podido conversar con Francine Dugène y Odile del Toro, las dos asistentas sociales que asumen este tipo de casos en la zona de Pau. Con veinte y diez años de experiencia respectivamente, conocen bien este tipo de casos, y según los datos de que disponen, cada año nacen unos diez bebés con el termino «X» en el conjunto de Ipar Euskal Herria y Bearne.

«Esta cifra ha bajado considerablemente desde los años 70 [cuando se aprobó la ley del aborto en el Estado francés] -explican-. En esa época había diez veces más partos bajo X». Aun así, en una época en la que los métodos anticonceptivos se han generalizado y que el aborto está legalizado, la cifra puede llegar a sorprender. ¿Qué es lo que hace que una mujer llegue a una clínica y diga que no quiere el bebé que está en su vientre? Francine Dugène y Odile del Toro indican que no hay un motivo único, y que bási- camente depende de la historia personal de cada madre.

Francine Dugène abunda en que «el instinto materno no existe para todas las mujeres». «Cada mujer tiene su historia, y a algunas esa historia les impide ser madre de ese bebe que va a nacer», señala. Son de edad y clases sociales muy diversas. Ambas asistentas coinciden en que «no existe un perfil tipo de mujeres que abandonan a sus bebés. Puede ser joven o tener cuarenta años, o ser de clase media o vivir en la precariedad, no hay reglas».

«Las razones son también multiples. Algunas veces es hasta difícil entender sus motivaciones», continúan. Para ellas, «lo importante es que haya una ley que les permita confiar a ese recién nacido».

Dugène valora esa decisión como «acto de gran valentía. Es difícil, se necesita mucho valor para tomar esa decision. Hay que atreverse a afrontar también al personal sanitario y a las asistentas sociales».

Existe un libro sobre este tema: «El parto bajo X, gesto de amor». «El abandono de estos recién nacidos, para estas madre,s es ante todo un acto de amor. Han dado lo que han podido, y saben que la única forma que ese bebé sea feliz es dándolo en adopción a una familia que sabrá cuidarlo», subraya Francine Dugène.

Adopción plena

Carine y François son una pareja de Baiona. No podían tener hijos y tomaron la determinación de adoptar un bebé en el Departamento. «Rellenamos un formulario en el Consejo General de Demanda de Adopción, que hay que renovar cada año. Al cabo de cinco años nos llamaron para decirnos que íbamos a ser padres de un bebé de tres meses», explica la pareja. Para Carine era importante adoptar un niño nacido «bajo X» por razones de filiación.

«Para mí, es madre la que ha criado al niño. Al abandonarlo le ha dado la posibilidad de tener un estatus, ser adoptado de forma plena. Es como si fuera tuyo, hereda todos tus bienes. No es el caso cuando se adopta en el extranjero», compara. La madre biológica tiene, según la ley, dos meses para poder arrepentirse y recuperar a su bebé. Durante ese periodo, en los primeros días las asistentas sociales se quedan con el recién nacido para que «no haya ningún vacío emocional en su infancia».

«Los dos o tres primeros días, antes de que se deje el bebé a cargo de una asistenta familiar, tratamos de `explicarle' lo que está pasando, y lo preparamos para la despedida», detallan Dugène y Del Toro.

Una vez pasado el plazo de tres meses legales, el bebé podrá ser adoptado. Pero tendrá que esperar a la mayoría de edad para poder conocer los datos familiares que su madre biológica habrá deseado dejarle. Sobre este tema, tanto las asistentas sociales como Carine, la madre adoptiva, remarcan que es importante que los niños y niñas puedan tener datos sobre sus familias biológicas «para no vivir en la fantasía».

«Desde hace muchos años, aunque no es obligatorio, se aconseja a la madre biológica que deje el máximo de elementos no identificables de su familia», añaden Francine Dugène y Odile Del Toro.

La madre biológica puede asimismo, si lo desea, dejar un objeto que ha marcado su embarazo, dar un nombre al recién nacido, o dejar su identidad en un sobre cerrado, que sólo se podrá abrir con su autorización. Esos elementos se mantendrán en la sede del CNAOP en París. En el caso de que desee conocer cuáles son sus orígenes, cuando sea adulta la persona hará una petición escrita a ese organismo.

«Siempre respetando el deseo de la mujer, se le darán los elementos que necesita», explican. Carine y François tienen muy claro que, «cuando nuestro hijo tenga la mayoría de edad, si él lo desea, le acompañaremos para que conozca sus orígenes».

Una ley que responde a una «tradición antigua»

La regla del Derecho Romano «Mater semper certa est» («La madre siempre es conocida de manera segura») no aparece en el Derecho francés. En este estado existe una antigua tradición de abandono organizado de bebés recién nacidos, para dar una alternativa al aborto, prohibido por la Iglesia Católica. Vincent de Paul creó las denominadas «torres» o «tornos». La madre depositaba al bebé por un lado de la torre, y al sonar la campana, una persona la hacía bascular y recogía el niño de modo anónimo. En 1904 se abandonó ese sistema, y crearon especie de «despachos abiertos» día y noche. En 1941 fue legalmente reconocido. A.B.

Planning FamiliaR denuncia que se ponga en duda la actual legislación

Tras la presentación del informe que preconiza la modificación de la legislación sobre el parto secreto, la organización Planning Familiar se muestra preocupada. El informe parlamentario propone integrar el termino «parto en la discreción» en la ley, lo que para el Planning Familiar significa la puesta en duda «de un derecho fundamental de la mujer y de la protección del niño». Recordó que el parto secreto está hoy en día muy regulado en las leyes de enero de 1993 y de julio de 1996, completado por la creación del CNAOP en 2002. Este dispositivo permite, según Planning Familiar, aunque de manera imperfecta, respetar la voluntad de la madre sin perjudicar al bebé.

«¿Deseamos, que, como en el siglo VIII en Italia, en el XIX en Francia, o hoy en día en Alemania se vuelvan a ver los tornos o cajas para bebes? ¿O que las mujeres den a luz en la clandestinidad y luego abandonen al bebé con sus consecuencias para la salud de ambos? ¿O ver aumentar los casos de maltrato?», pregunta. Para Planning Familiar, no hay duda: «Un bebé es hijo de sus padres si así lo han pensado y deseado».

El informe parlamentario pide la creación de un comité de reflexión para una futura modificación de la ley. Se calcula que son unas 400.000 las personas nacidas bajo el termino X en el Estado francés. A.B.

PREVENCIÓN

Una de las tareas de las asistentas sociales es realizar prevención frente a un futuro embarazo. Y proponen a las mujeres encuentros con sicólogos, para que puedan expresar todo lo que sienten.

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