El juez Grande-Marlaska fue un atractivo turístico para Bizkaia en Madrid
El magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska es para los responsables del Consistorio bilbaino y la Diputación vizcaina, del PNV, un icono promocional turístico en el Estado español. Por ello fue invitado a una fiesta en Madrid, en la que se invirtieron 343.947,20 euros.
Agustín GOIKOETXEA
Fue el 20 de enero en la Galería de Cristal del Palacio Cibeles, en Madrid, donde el magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, al igual que otros 316 invitados y sus 149 acompañantes, participó en un evento promocional de Bilbao-Bizkaia, coincidiendo con la feria de turismo Fitur. El juez fue una de las estrellas del «sarao» en el que se reunieron artistas, empresarios, cargos institucionales, periodistas, representantes de entidades deportivas como Athletic o Bilbao Bizkaia Basket, cocineros, actores y actrices, seleccionados por la empresa Stop Bilbao por encargo de responsables forales.
Entre la nónima de invitados a degustar un cocktail de 16 pintxos regados por txakolí y caldos de la Rioja Alavesa traídos de Euskal Herria en vehículos refrigerados, destacaban los actores Juan Echanove, Sandra Ibarra, Imanol Arias, Aroa Giménez, Laura Pamplona y Marivi Bilbao; presentadores televisivos como Luján Argüelles, Mamen Mendizabal, Marta Robles y Jorge Fernández; directores de cine como Borja Cobeaga y Pedro Olea; diseñadores como Mercedes de Miguel, David Delfín y Miriam Ocariz; y la ex miss España Inés Sáinz, amén de una larga lista de políticos de PNV, alguno del PP y el portavoz de Ezker Batua en las Juntas Generales, José Ferrera.
El acto -según los datos aportados por el diputado foral de Relaciones Municipales y Administración Pública, Patxi Sierra-Sesumaga, a preguntas de la juntera de la izquierda abertzale Begoñe Agirre- costó 343.947,20 euros, en lo que se incluyó el costoso montaje de la fiesta, las actuaciones musicales de Taberna Ibiltaria y el trikitilari Xabier Aburruzaga, y pagar a los dos presentadores, por cierto también vizcainos. Anabel Alonso y Ramón García ejercieron de maestros de ceremonias de ``Bizkaia, del roble al titanio''.
En su presentación, en Bilbo, se dijo que las instituciones promotoras querían incidir «en la promoción empresarial y de oportunidad de negocios, más allá del turismo», de ahí el gran número de invitados de entidades de promoción turística del herrialde, controlados por los jeltzales. Pero en ella destaca sobremanera la presencia de Fernando Grande-Marlaska, juez de la Audiencia Nacional que justo por aquellos días había ordenado en Nafarroa una operación contra militantes independentistas. Luego denunciaron torturas y malos tratos a manos de la Guardia Civil.
La presencia del magistrado del tribunal especial español no pasó desapercibida en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles, ya que posó para los medios gráficos. La apoderada Begoñe Agirre preguntó por los motivos de la misma. La respuesta de la Diputación es que Grande-Marlaska «es originario de Bizkaia», por lo que cumplía con los requisitos solicitados a la empresa encargada de cursar las invitaciones. Desde la Dirección de Promoción Turística «no se puso ninguna objeción a su presencia».
«Indignación y vergüenza»
Una vez recibida la información desde la Diputación, el grupo de la izquierda abertzale en las Juntas Generales de Bizkaia no pudo sino expresar «una soberana indignación y vergüenza» por los 343.947,20 euros invertidos en la fiesta, a los que hay que sumar otros 258.099,26 gastados en el montaje del stand de Bilbao-Bizkaia en Fitur.
Estiman que «para los políticos aficionados a los cócteles [en referencia a los jeltzales, con quince alcaldes a la cabeza], vender el turismo de Bizkaia y Bilbao supone que hay que renunciar a Euskal Herria, y en este contexto para el PNV, Bizkaia y Bilbao han de aislarse del resto del país, ir por libre y por qué no, si en ese camino hay que agasajar y hacer la ola a los elementos más retrógados, antidemocráticos y rancios del Reino de España, pues hágase».
Si consideran «indignante» que se ofreciera un costoso cocktail con dinero público a directivos de empresas constructoras, energéticas y grupos de comunicación españoles, más aún que se cursara invitación a Grande-Marlaska. «Verdaderamente insultante y de dar vergüenza ajena es que con el dinero de todos se haya invitado a un juez responsable del encarcelamiento de cientos de jóvenes por el mero hecho de realizar una actividad política», manifiestan.
En cuanto a la justificación ofrecida por Sierra-Sesumaga, la tildan de «patética». «¿Acaso Marlaska aporta una visión positiva de Bizkaia? ¿Se le puede considerar un embajado? Esta es -añaden los abertzales- la coherencia de Urkullu, Bilbao y los suyos, ésta es su catadura moral, ésta es su coherencia política cuando con la boca pequeña, eso sí, critican determinadas razzias de este mal llamado juez, convertido en inquisidor».
Subrayan que «el PNV, especialmente en Bizkaia, tiene un grave problema. Ha perdido completamente el norte». «Parece acomplejado ante las reivindicaciones nacionales de nuestro pueblo. Enmascara su discurso en campañas cutres y sin contenido, relega al euskara a su mínima expresión y se abraza a la prensa más españolista y no planta cara a los ataques que sufren el idioma o la cultura».