Los insurgentes favorables à Alassane Ouattara, presidente de Costa de Marfil reconocido por la comunidad internacional, han sido frenados en su avance hacia el centro de la capital, Abidján, por los militares fieles a su rival, Laurent Gbago, que ayer controlaban un puesto policial estratégico.

Los enfrentamientos del lunes en varios barrios de Abidján fueron los más violentos desde el inicio de la crisis creada tras las elecciones presidenciales de noviembre de 2010 que ha provocado ya casi 400 muertos, según la ONU, y que amenaza con llevar al país a la guerra civil.

La televisión pública controlada por el presidente saliente, Laurent Gbago, anunció el lunes que adoptaría «grandes decisiones» en el plazo de unas horas.

Campo policial

«Controlamos el campo CRS, y estamos haciendo una limpieza en los alrededores, pero los combates son muy duros» afirmó a France Press un policía de este campo. Los insurgentes «estaban decididos, escalaban los muros como comandos, eran numerosos», añadió.

Las Fuerzas de Defensa y de Seguridad fieles a Gbago respondieron a los insurgentes con armamento pesado y refuerzos llegados del campo de Policía de Agban, el más grande del país, en Williamsville. «Sin el apoyo de los militares de Agban, el campo CRS habría caído», reconoció el policía del campo atacado. El campo de Agban alberga la jefatura de la gendarmería, unidades de intervención y blindados.

Armamento pesado

Estos dos campos estratégicos controlan el acceso al barrio de Plateau, núcleo de poder donde está situado el palacio presidencial de Laurent Gbago.

La noche del lunes al martes fue tranquila en general en la zona de Williamsville, con sólo disparos esporádicos de kalashnikov, según testigos. Pero un centenar de vecinos, aterrorizados por los disparos de armamento pesado de la víspera, abandonaron ayer sus casas, con paquetes sobre la cabeza, y bolsas en las manos. El mercado se cerró y la circulación fue muy reducida.

El lunes tuvo lugar un ataque en Abidján cerca de la residencia privada del general Philippe Mangou, jefe del Estado mayor de las FDS y se escucharon disparos de armas pesadas por primera vez desde el inicio de la crisis.

Tras estos combates se ha producido un avance de los partidarios de Alassanne Outtara en el oeste del país, a la vez que la Unión Africana reconoció su victoria en las elecciones presidenciales, ya admitida por gran parte de la comunidad internacional.