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Terremoto en Japón

«La situación ha superado todo lo imaginable, están desbordados»

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Marcel Coderch
Autor de «El espejismo nuclear»

Doctor en Ingeniería Eléctrica y Ciencias Informáticas por el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), es autor de libros como «El espejismo nuclear» y está considerado el principal ideólogo de la lucha contra la energía nuclear en el Estado español. Actualmente, es miembro del Consejo Asesor de la Generalitat de Catalunya. A su juicio, la situación en Japón está descontrolada.

Joseba VIVANCO | GASTEIZ

Cuando tuvo las primeras noticias de serios problemas en las centrales nucleares japonesas, ¿pensó antes en un nuevo Chernobil o en la repercusión que este hecho iba a tener en la política nuclear internacional?

A decir verdad, no me imaginaba que la situación pudiera llegar a este nivel de gravedad y por eso lo más inmediato fue pensar que podía tener repercusiones en el renacimiento nuclear del que tanto se habla. Pensaba en unas repercusiones más de tipo económico, pero la situación ha superado todo lo imaginable y en estos momentos yo pienso que están absolutamente desbordados y descontrolados. La situación es patética.

Parece muy preocupado...

Sí, sí, yo creo que va a haber unas fugas radiactivas importantes, no sé si del nivel de Chernobil, no sé si se calificará de nivel 7 o de 6, pero por ahí estará. El problema es que no es un sólo reactor, sino que tienen problemas en más reactores, con problemas dispares y con un país, encima, que ahora mismo no tiene los recursos que necesita para atender esta urgencia. Veo la situación muy crítica.

El hecho de que haya sucedido en Japón, paradigma de la apuesta nuclear, ¿tiene también su carga simbólica?

Evidentemente, Japón es una zona muy conflictiva, porque es tremendamente sísmica, tanto que si hay un lugar en el mundo donde no habría que construir centrales, sería Japón. Incluso la propia isla es el resultado de ese choque de placas tectónicas. Pero los japoneses, sabiéndolo, han construido unas centrales y bastante resistentes, por cierto...

Sí, porque un argumento en defensa de las plantas afectadas es que aguantaron bien el potente terremoto...

Es cierto, las construyeron todo lo bien que se puede construir una central nuclear en un sitio donde prevés un terremoto de magnitud casi 9. Por tanto, no podemos achacarlo a un defecto de construcción, sino quizá de previsión, por el tsunami posterior. Pero lo relevante es que lo que no estaba previsto es el tipo de accidente que ha tenido, y eso sí tiene influencia a nivel mundial.

¿A qué falta de previsión se refiere?

Pues a la pérdida de fluido eléctrico de toda la central. Un blackout, en la jerga nuclear, donde ha perdido todo el fluido propio, pero es que, además, no le han arrancado los reactores de emergencia y, además, las líneas eléctricas de otras centrales se las ha llevado el maremoto. Por tanto, ha quedado aislada y se ha iniciado toda una secuencia de acontecimientos inevitables, porque al no poder refrigerar el núcleo, han intentando todo, como inyectarle agua marina -lo que inutiliza ya de por vida estas centrales- y han tenido que ventear a la atmósfera la radiactividad generada. De momento, han estallado los exteriores, pero también hay que decir claramente que no es cierto que estos edificios tengan un edificio de contención como los más modernos, un muro de un metro de hormigón alrededor como aquí lo tienen Ascó o Vandellós, porque son de una generación anterior, del tiempo de Garoña. Y tampoco tienen un espacio donde evacuar toda la radiactividad que puede producirse y por eso la sacan al exterior; las piscinas con los desechos irradiados han quedado al aire libre; han perdido refrigeración... Es que es un cúmulo de circunstancias muy difíciles de superar.

Esa concatenación de fallos en el suministro eléctrico, ¿revela que estamos ante una tecnología imposible de garantizar su seguridad?

El problema es que estamos ante una tecnología muy sofisticada y todo aquello que es muy sofisticado, también es a la vez muy frágil. Quieren que todo funcione muy bien, pero cualquier problema desencadena una secuencia de acontecimientos de una gravedad extrema. Desde el punto de vista de la teoría de la probabilidad, esos acontecimientos se van multiplicando y como son probabilidades pequeñitas, pues se ven como casi imposibles; pero cuando los acontecimientos son consecuencia el uno del otro, no hay que multiplicarlos sino sumarlos. Y, al final, aquello que sobre el papel es un imposible, acaba siendo pues muy posible... y ha ocurrido.

Lo sucedido en Fukushima ha servido para hacer un paralelismo con Garoña, tanto en defensa de la planta burgalesa y en contra de ella. ¿Es válido?

Le diré que si Garoña pierde el fluido eléctrico del País Vasco, empieza exactamente la misma secuencia que en Fukushima. No necesita haber un terremoto y menos un maremoto, pero puede perder el fluido por otras circunstancias. Y eso sin contar con que los planes de evacuación de Japón no tienen nada que ver. Allí han evacuado 20 kilómetros a la redonda, ¿están preparados aquí para hacer algo similar? Aquí están mirando a ver si los altavoces de alerta en los pueblos funcionan, pero a partir de eso habrá que saber a dónde llevar a toda esa gente...

Es cierto que la UE ha mostrado su preocupación por un hipotético corte del suministro eléctrico en el continente, lo que pondría en serio riesgo todo el plantel de centrales nucleares...

Lo que llaman ellos el stress test. Oiga, si una central pierde todo su fluido eléctrico, ¿es segura? Vamos a suponer que lo pierde todo y tiene que autoabastecerse, ¿están preparadas? La respuesta es que no. Por eso tienen generadores de diésel auxiliares, pero ¿y si no funcionan?, o ¿cuánto duran? Pues algo habrá que hacer, pero ese hacer supone, evidentemente, más costes y entonces entramos en la discusión de si la energía nuclear es tan barata como dicen, si los riesgos son asumibles o no... Otro debate, económico, pero que hay que hacerlo. Porque lo que no puede ser es que esto que ha ocurrido en Japón pueda volver a ocurrir y eso significa un coste, un coste que va en contra de las nucleares...

Ocurrió tras el accidente en Harrisburg, sucedió tras el de Chernobil, y todo apunta a que ocurrirá después de éste. Nuevo golpe a la apuesta de la nuclear como alternativa energética....

La industria nuclear es muy cíclica y cada vez que pasa un accidente de este tipo se pasa veinticinco años lamiéndose las heridas. Después, cuando hay una generación que ya no ha vivido esta ansiedad, pues vuelven a salir diciendo que somos muy seguros, que llevamos un montón de años sin ningún accidente y, de nuevo, patapán, otro accidente. Pues a volver empezar. Pero yo le auguró un futuro francamente difícil, porque se va a volver a poner encima de la mesa que si no son seguras en Japón, difícilmente van a ser seguras en otro sitio y eso va a pesar mucho sobre la opinión pública y también desde el punto de vista económico. No olvidemos que esos cuatro reactores están ya inutilizados y hacer cuatro nuevos valen 20.000 millones de euros. El mundo financiero verá aquí un riesgo muy alto.

Se atreve usted a vaticinar malos tiempos para la energía nuclear, ¿se atreve a visionar qué puede ocurrir con el elevado riesgo actual de las centrales japonesas dañadas?

Pues todo apunta a que la secuencia de acontecimientos es la peor que podía ocurrir, que a alguno de estos reactores se le funda el núcleo y tengamos un escape radiactivo muy importante hacia la atmósfera o hacia el suelo. No habrá sido lo mismo que en Chernobil, pero sí en sus consecuencias. Si esa radiactividad se escapa toda al medio ambiente, las consecuencias serán las mismas.

En Europa podemos estar inquietos ante esos acontecimientos, pero también hay que ponerse en clave de la angustia del pueblo japonés e, incluso, asiático...

Japón es un país densamente poblado y no es lo mismo que esto ocurra en la estepa ucraniana que aquí. No olvidemos que hay una capital Tokyo, a 250 kilómetros del desastre, con 20 millones de personas. ¿Cómo evacúas tú una ciudad de 20 millones de personas? A Europa una hipotética nube radiactiva nos puede llevar en unas condiciones muy atenuadas, pero pensemos en Japón, en China, en Corea, donde los efectos podrían ser tremendos.

 

la clave

«Las centrales japonesa han aguantado bien el terremoto, pero lo relevante es que lo que no estaba previsto es quedarse sin fluido eléctrico. Y eso sí es un aviso para el resto de centrales del mundo»

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