CRíTICA literatura / ensayo
«La ciudad del crimen»
Iñaki URDANIBIA
Cantaba el bueno de Leo Ferré aquello de «Franco, la muerte». La ciudad mexicana citada en el título de este comentario y en el subtítulo del libro de Bowden también se puede asociar con el fin brutal de la vida y la negra figura de la guadaña, erigida en dueña y señora de la urbe.
De la mano del periodista Charles Bowden, entramos en una destacada sucursal del infierno que en nada desmerece al vislumbrado por Dante. La cosa viene de lejos y, desde luego, no va a menos: «Juárez siempre ha suministrado a los estadounidenses lo que necesitan -alcohol durante la prohibición, mujeres en todo momento, opiáceos cuando estaban prohibidos en Estados Unidos, divorcios rápidos cuando el matrimonio se vuelve amargo-. Como el resto de México, la ciudad ha funcionado como una asociación entre las asociaciones delictivas y el Gobierno». Bandas de todos los colores se disputan el poder sobre la droga y, si bien es cierto que la droga mata, en Juárez se mata por la droga. Y al por mayor. Hay una infinidad de formas de morir, dependiendo de quién sea tu asesino: los narcotraficantes, la Policía mexicana, los soldados de la misma nacionalidad o los policías del otro lado del Río Bravo. Estos últimos vigilan a quienes pretenden entrar en los márgenes del paraíso yanki y hacen que la droga llegue a su destino sin retraso; con una puntualidad miligrámica.
El norte, El Paso, es la tierra texana de asilo para periodistas, policías y empresarios que huyen del asesinato erigido en el pan nuestro de cada día; un lugar en el que viven igualmente autoridades y políticos del sur que se desentienden de los problemas de su tierra para dormir tranquilos y mantener a buen recaudo sus bienes y sus propias personas. Hay muertos al por mayor y no tan sólo mujeres: colgados, hechos pedazos, tiroteados... en aquel lugar convertido en reserva de hombres-para-la-muerte, de aquellos homo sacer de los que tan certeramente ha hablado Giorgio Agamben, que eran tratados como bandidos (malditos) y, como tal, merecedores de la anónima muerte sin sepultura. Situación dislocada en la que deambula una variopinta legión de desheredados, de locos, de pobres, de sumidos en la desesperación a causa de la droga, del alcohol y la permanente amenaza de la muerte.
Una creciente y nefasta industria de la droga, cuyas consecuencias nos las retrata un guía de excepción que nos hace conocer a las víctimas con sus trágicos finales, al igual que a seres que, habiendo transitado por las sombras de la muerte, dedican sus vidas al intento de salvarles de lo peor, como es el caso del Pastor.
Un desfile de singulares seres que engrosan las tropas de la muerte, bien como verdugos o bien como víctimas. Éste es un libro espeluznante con el que el escalofrío está asegurado en un derivante, delirante y alucinante viaje por los pagos del horror, que está elevado al rango de ley, la ley de la parca que no es parca en ahorrar alevosos asesinatos.
Título: `Ciudad del crimen'.
Autor: Charles Bowden
Editorial: Debate, 2011.
Páginas: 357.
Precio: 21,90 euros.