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Raimundo Fitero

Militar

Un Almirante retirado de la Armada española da una lección: «la misión es lo que dice la resolución de la ONU, pero no se le puede mandar la misma por fax a una fragata o a un piloto de un Mirage para que la cumpla. Es necesario una orden de la cadena de mando para que cada cual sepa lo que debe hacer». La diferencia entre lo político y lo militar. Ahora estamos en lo militar. Como casi siempre. La estrategia militar como expresión de la decisión política. La política como mandato de la propiedad económica. Y junto a esta delimitación tan bien explicada, la inexplicable contribución a la confusión de los comandos de desinformación. Escuchamos, dicho de diferentes maneras en diversas cadenas televisión, que la actual «acción militar», es «una ayuda a los rebeldes libios». O sea, los militares de la sexta flota norteamericana, la OTAN, Sarkozy y Carmen Chacón, con sus escalas jerárquicas militares al frente son revolucionarios o al menos rebeldes. ¿Con o sin causa?

NO a la guerra. Esa debe ser la consigna, y el amparo de la ONU, en este caso otra vez de manera más clara, es una auténtica vergüenza. Obama y ZP ya tienen su guerrita. Y las ocupaciones militares, son invasiones, por tierra, mar o aire. Y los muertos se cuentan igual, de un lado que de otro. Los bombardeos, son bombardeos, y los libios son iguales los que siguen a Gadafi o los que siguen a, ¿quién, qué, cómo? Los llamados oficialmente «rebeldes libios», parecen haber aparecido de la nada. O de los servicios secretos de los que ahora están sobrevolando con sus pájaros de muerte su territorio. Y al fondo los pozos petrolíficos.

Una vez más asistimos a una guerra de diseño. El lenguaje de Gadafi es altanero, como muy conocido, pero el de la coalición que le va a derrocar militarmente es el de siempre, el mismo que se utilizó en Irak, el que se está utilizando en Afganistán. Y se trata de hablar de paz cuando se está haciendo la guerra. Y el NO a la guerra, debe ser siempre, un NO a la guerra, y no un depende de qué guerra. Con un No a la guerra llegó ZP a la Moncloa, con otro NO a la guerra se irá. Mientras tanto los militares siguen siendo los únicos que hacen carrera.

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